A las 8 de la mañana y con puntualidad “románica” nos pusimos en camino hacia la zona norte del Pirineo para disfrutar, una vez más, viendo piedras. Sergio al volante y Mikel al mando de la excursión hicieron que todo transcurriera sin ninguna novedad y no se produjera ningún tiempo muerto que pudiera retrasar nuestra salida.
Hacia las 10.30 llegamos a Lacommande. Allí pudimos visitar tanto a iglesia como el hospital, que fueron declarados Monumentos Históricos y donde puede verse, además un antiguo cementerio. La iglesia se levantó hacia mediados del S.XII. y en ella parece que trabajó un escultor conocido como el Maestro de Oloron.
Durante los disturbios de la Reforma protestante, todo el edificio sufrió graves daños y los canónigos regulares de San Agustín tuvieron que evacuarlo y el mantenimiento del mismo fue muy deficiente hasta la llegada de los Barnabitas, durante la segunda mitad del siglo XVII, quienes emprendieron importantes obras de renovación y diversas reformas.
Al entrar en la iglesia se aprecia una arquería ciega con doce arcos de medio punto que descansan sobre esbeltas columnas con basas áticas y se apoyan en un estilóbato moldurado. Llaman la atención sus preciosos capiteles historiados que constituyen la obra maestra de este conjunto románico donde se representan entre otros: Los Reyes Magos camino a Belén, la Adoración de los Reyes Magos, la huida a Egipto, Daniel en el foso de los leones, bailarinas y músicos, monstruos, animales, arpías y sirenas, y otras muchas escenas muy elaboradas.
El cementerio, que actualmente está configurado como un cementerio-jardín, contiene unas cincuenta estelas funerarias discoidales (hilarri en euskera, lo que viene a significar piedra de muerto) y que en su disposición original se encontraban orientadas hacia el sol naciente y se colocaban a la cabeza del muerto cuyos pies apuntaban hacia el este; contiene también seis estelas cruciformes, un sarcófago y dos en forma trapezoidal.
Nuestra segunda visita fue a la Iglesia de la Sainte-Croix en Oloron-Sainte-Marie, contemporánea a la creación de la ciudad en 1080. Se trata de un edificio austero construido con una nave central y dos naves laterales rematadas en una cabecera con ábside y presbiterio y dos absidiolos abovedados después del crucero.
La portada, de época románica, presenta 4 sobrias arquivoltas sustentadas por dos pares de columnas de mármol sobre las que corre una línea de imposta trasdosada que sirve de cimacio a los cuatro capiteles, bastante deteriorados actualmente.
En su interior se observa una cúpula califal, una de las dos existentes en Francia, que constituye la bóveda del crucero.
El elemento decorativo esencial del ábside central son 7 arcos ciegos que se apoyan en ocho columnas con capiteles policromados entre los que se encuentran algunos decorados con hojas y palmetas y otros historiados sobre escenas bíblicas.
Llegamos con tiempo, lo que nos permitió realizar la tercera visita antes de comer, que fue a la catedral de Sainte-Marie, también en Oloron, construida hacia 1102 y de la que únicamente se conserva su magnífica portada románica que se encuentra en un porche cuadrado bajo la gruesa torre campanario.
La portada tiene tres arquivoltas de medio punto, rodeando a un tímpano dividido por dos semicírculos en dos tímpanos más pequeños, según la disposición propia en las miniaturas sirias y después en los manuscritos bizantinos. Las cuatro columnas de mármol gris veteado en negro poseen capiteles con decoración variada. El externo del lado izquierdo representa a Sagitario tensando su arco y acompañado de un pájaro con cabeza humana tocada con un gorro judío; en el interno del mismo lado aparecen dos leones superpuestos; a la derecha, el interno tiene decoración vegetal de entrelazos con cabezas animales, y en el externo aparece una mujer con largos cabellos, agachada, que tal vez representa a la mujer impura.
Entre los dos frisos florales corren dos arquivoltas con una serie de personajes, muy deteriorados pero correctamente restaurados. Bajo el guardapolvo se representa el cielo y bajo él veinticuatro ancianos del Apocalipsis portando arpas y perfumes. El Agnus Dei está rodeado de una cartela, que sujetan dos ángeles, con la inscripción “In cruce salus + in cruce vita”. Tanto el cordero como los ángeles conservan aún la pasta vítrea que resalta sus pupilas. La otra arquivolta representa la vida terrenal mediante dos grupos escultóricos; en el de la izquierda un monstruo engulle a un hombre; en el de la derecha un caballero pisotea con su caballo al enemigo vencido, pero lo más asombroso de esta arquivolta son las escenas de la vida cotidiana del Béarn en el S.XII, que podría corresponder a los preparativos de un banquete de boda. Aparecen la caza del jabalí, la matanza del cerdo, un tonelero, la preparación de un salmón de gran tamaño, un quesero, un pato cabeza abajo, etc. En la clave de esta arquivolta y bajo el Agnus Dei la cabeza de un monstruo con las cabezas de sus víctimas en sus fauces.
La parte esencial del tímpano está compuesta por doce placas de mármol. En las cinco centrales se representa el Descendimiento de la Cruz con características de arte oriental. Los tímpanos pequeños representan la Religión triunfante y la Religión amenazada pero han tenido que ser rehechos según los modelos originales. La pila benditera, que se encuentra entrando al templo a la izquierda, presenta un texto que induce a pensar que estaba destinada a los leprosos, lo que no es posible ya que estos vivían fuera de las ciudades; podría estar destinada a los “cagots” a quienes se tildaba de idiotas, leprosos, etc.
Después de visitar la iglesia nos dirigimos al restaurante La Part des Anges, ubicado en la plaza, frente a la catedral; local pequeño, de dos plantas en el que disfrutamos de una comida abundante y muy bien condimentada y atendidos por un personal muy amable que se esforzaba en hablarnos en nuestra idioma. Mientras comíamos, algunos de nosotros contemplábamos la fachada de la iglesia. Estas comidas sirven para intercambiar impresiones y estrechar lazos entre los amigos del románico, lo que las hace muy interesantes.
L’Hôpital-Saint-Blaise fue construido en el siglo XII y ha sido catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco como parte de los caminos de Santiago que transcurren por Francia. Tenía una finalidad hospitalaria, de apoyo a peregrinos de Oloron. Su planta presenta una característica poco habitual ya que es de cruz griega. La puerta de ingreso, muy restaurada, se abrió sobre un arimez cuyo tejaroz soporta catorce canecillos. Cuenta con seis arquivoltas baquetonadas de medio punto y guardapolvos de puntas de diamante. El pequeño tímpano muestra la Parusia de Cristo rodeado por el Tetramorfos. Las arquivoltas apoyan sobre cinco pares de columnas cuyos capiteles están decorados con hojas vegetales y entrelazos.
En su interior llama la atención su cimborrio, con una cúpula semiesférica decorada por ocho arcos que se cruzan sin juntarse formando una especie de estrella de ocho puntas, siendo la segunda de las iglesias de Francia que presenta una de estas cúpulas califales.
Los muros altos de esta iglesia presentan unos preciosos ventanales con celosías y cuyas tracerías pueden relacionarse con los templos prerrománicos o las celosías de las mezquitas andalusíes.
Las estupendas gestiones de nuestro organizador lograron que en esta iglesia se nos presentara un espectáculo de luz y sonido que no se proyecta hasta el mes de abril, y sobre el que teníamos unas expectativas bastante reducidas pero que consiguió sorprendernos por su perfecto castellano y lo muy didáctico de su contenido ya que abarcaba tanto la historia como la arquitectura del lugar exponiéndose mediante unas claras explicaciones.
La última de las iglesias que visitamos fue la de Saint-André en Sauveterre-de-Béarn, situada en el municipio del mismo nombre en el departamento de Pirineos Atlánticos, que fue clasificada como monumento histórico en 1912.
Fue construida en una mezcla de estilos románico y gótico entre los siglos XI y XIII y se trata de una iglesia fortificada; notable por su tamaño y proporciones que consta de tres naves, un ábside, dos modestos absidiolos y un crucero con dos hermosos rosetones.
El portal, coronado por un tímpano, presenta un pinjante entre sus dos arcos. Cristo, en Majestad en la mandorla, está rodeado por los cuatro evangelistas en forma de Tetramorfos. La puerta pequeña del norte está rematada por un tímpano con un crismón.
Tanto el campanario como el interior de la iglesia presentan elementos de su función defensiva. Hay diversos capiteles que representan palmetas, vegetales, y otros historiados que representan la calumnia y la gula, un pequeño nacimiento de factura tosca pero interesante y otros, todos ellos muy expresivos.
El tiempo, con una previsión nefasta para toda la jornada, se portó y nos respetó durante toda la mañana y la mitad de la tarde así que no cabía quejarse. Hacia las 6 de la tarde Sergio nos trasladó, con la pericia al volante que le caracteriza, hasta Donostia nuevamente, donde llegamos hacia las 8. Ahora solo nos queda contar los días que nos quedan para nuestra próxima excursión románica.
Texto e Imágenes: Mari Carmen Enparan - Socia Nº 1.885