Un lluvioso y fresco 4 de noviembre, cerca de 70 personas asistimos en la iglesia del Carmen de Jaca a las IX Jornadas de arte románico 2023, dedicadas a la influencia que la contrucción de la catedral de Jaca tuvo en edificios como Santa Cruz de la Serós o las iglesias del Serrablo.
Las Jornadas son fruto del apoyo del Museo Diocesano de Jaca y las asociaciones Sancho Ramírez y Amigos del Románico. Nuestro coordinador en Aragón, Luis Lansac, fue el encargado de dar la bienvenida y de explicar que esta iniciativa, cuyo promotor es Javier Martínez de Aguirre, es una evolución de un primer Workshop celebrado el 14 de junio de 2014.
Seguidamente, Luis Lansac pasa a presentar a los dos ponentes: Marta Serrano Coll, doctora de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, y Javier Martínez de Aguirre Aldaz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Les agradece su compromiso con este proyecto y da inicio a la primera de las conferencias.
- “La Catedral de Jaca y Santa Cruz de la Serós: afinidades y divergencias en su contexto cultural” a cargo de Marta Serrano Coll.
Su presentacion aborda la polémica datación de la sede jacetana. Por un lado, A. Kingnsley Porter, Gómez Moreno e Isidro Bango sostienen que el románico aragonés es anterior al del sur de Francia. Por su parte, Georges Gaillard, Marcel Durliat, Antonio Ubieto, Serafín Moralejo, David L. Simon, Javier Martínez de Aguirre o Francisco García García situan su construcción en el último tercio del siglo XI como obra promocionada por Sancho Ramírez, quien en el año 1068 viaja a Roma para ofrecer al Papa Alejandro II su vasallaje, asumiendo la reforma gregoriana, el cambio de rito litúrgico, así como las reglas monásticas agustinianas y benedictinas.
Se trata de un monarca relacionado con nobles franceses, que le ayudarán en la toma de Barbastro, y que emitirá monedas (mancusos) con su imagen para promocionar y dar prestigio a su persona y su reino. Con el Fuero de Jaca, llega el momento propicio para pasar de villa a ciudad y alzar una catedral dedicada a San Pedro donde fijar la sede episcopal, dando a Jaca un edificio muy acorde con los importantes edificios religiosos coetáneos del Languedoc o el norte de la península.
Según Francisco García García, la portada occidental es la primera portada verdaderamente románica de la península.
Doña Sancha, la hermana de rey, será a su vez la promotora de Santa Cruz de la Serós, comunidad que seguirá la regla de San Benito y tendrá una función memorial donde se enterrarán los miembros femeninos de la monarquía.
El templo actual, renovación de otro anterior, se inspira en la catedral de Jaca, con una portada en el lado meridional y la portada principal en la fachada oeste. Esta última es claramente deudora de Jaca en lo constructivo y en lo ornamental: reproduce el crismón entre dos leones, y sus inscripciones tienen un sentido catequístico y cristológico. Por su parte, las margaritas que se repiten en el acceso meridional pueden ser símbolo de la eucaristía o bien aludir al relicarío, a las perlas de Cristo o a una dimensión cósmica.
La iglesia, de planta cruciforme, tiene dimensiones de edificio importante y comparte con la catedral materiales constructivos y decorativos como la imposta de tacos que recorre su interior.
El edificio posee una cámara alta con una cuidada decoración de ventanas, columnas y capiteles, en uno de los cuales aparece representada una doble Anunciación que bien pudiera aludir a Doña Sancha. El cerramiento de su cúpula también es una cruz, no estructural, que va de norte a sur y de este a oeste. Cabe destacar el uso de la cruz/lignum crucis, recurrente en el discurso agustiniano y que refuerza el linaje espiritual del reino. La función de esta cámara ha suscitado distintas opiniones. Para Gerardo Boto, por ejemplo, podría ser un lugar protocolario.
Santa Cruz de la Serós recibió un valioso ajuar, como atestigua el testamento de Doña Sancha. Su sarcófago, hoy en las Benitas de Jaca, es obra del mismo maestro que esculpió la puerta chica de la catedral. En él se elogian las virtudes y atributos morales de la difunta y se representa su traspaso mediante referentes y símbolos clásicos, el compartimento de espacios y la representación de aves, grifos y un crismón. Cabe destacar también la reiteración del número tres: tres hermanas/tres monjes, tres arcos/guerreros y un león. Además, parece establecerse un diálogo entre dos poderes: el real/sorores y la iglesia/clérigos.
En la actualidad se conserva el precioso díptico de altar de la reina Felicia de Roucy, segunda esposa del rey Sancho Ramírez. Según Verónica Abenza, una parte del díptico estaría en el altar mayor y la otra en la cámara alta.
-‘La Catedral de Jaca y las iglesias del Serrablo’, a cargo de Javier Martínez de Aguirre
El ponente se plantea qué había antes de las iglesias monumentales, cómo debía ser una iglesia de aldea y por qué en el área del Alto Aragón hay poco gótico y por qué en los valles de Roncal y Salazar hay apenas ábsides. En su opinión, iglesias como la de San Caprasio pudo haber en otros lugares, pero se perdieron o quedaron ocultas tras ser monumentalizadas.
En 1933, Francisco Íñiguez y Sánchez Ventura dieron a conocer 18 iglesias que agruparon según características más o menos próximas al románico catalán. Las denominaron “iglesias del Alto Aragón” y las describieron como “arquitectura local sin centro conocido”. Entre los estudiosos encontramos defensores de un origen mozárabe y otros del primer románico. La cronología de la mayoría de estas iglesias va del siglo XI al XII.
Aguirre cree en la variatio como principio creativo y en los precedentes locales como San Julián de Asprilla en Espuéndolas (del siglo X), así como en la ascendencia de libros como el Beato de Jesús Nazareno de Montearagón, que pudieron influir en las formas.
Un buen ejemplo de “edificio tipo” sería San Pedro de Lárrede (del siglo XII), ya que además de presentar paramentos con antecedentes del primer románico meriodional, tener planta cruciforme como Santa Cruz de la Serós y ser de grandes proporciones, reúne todos los elementos constructivos y ornamentales característicos de este conjunto de iglesias. A saber: puerta de herradura, imposta salmer en pico, algimez bajo arco, alfices vanos rebajados, arcos ciegos que arman con su paramento el ábside, baquetones horizontales, baquetones ornamentales donde se apoyan dos hiladas voladas bajo la cornisa, torre alminar de tipo siríaco, y ventana con triple arco de herradura.
Por la tarde, visita a la catedral
Tras estas magníficas conferencias y sin apenas darnos cuenta se ha hecho la hora de comer, un grupo de unas 30 personas acudimos a un restaurante de Jaca que por haber estado en él otras veces sabemos de su buena cocina. Allí, junto a los profesores y entre plato y plato, las conversaciones giran, como es lógico, sobre nuestras dudas; se plantean nuevas hipótesis y ellos atienden y responden con su amabilidad habitual.
Por la tarde acudimos a la cita del profesor Martínez de Aguirre para explicarnos el proceso de construcción de la catedral, a la cual accedemos por la puerta occidental acompañados de los profesores D. Simon y Marta Serrano, y de la directora del Museo Diocesano de Jaca, Belén Luque.
La construcción empezó en el tercer tercio del siglo XI y quedó acabada en 20 años, poco más o menos. Con él observamos los sillares bien trabajados de los ábsides, pilares, portadas y arcos, donde el doctor García Omedes descubrió numerosas marcas de cantero, y el sillarejo desigual de los muros, quizás para ser enlucidos. Las grandes proporciones llevan a Martínez de Aguirre a pensar que la techumbre original sería de madera y que, en su origen, la nave tendría óculos y ventanas por las que entraría más luz que en la actualidad.
Se iniciaron los trabajos por los ábsides Norte y Sur elevando sus paredes para poder hacer el central más alto. A continuación se hicieron los muros del transepto y los tres arcos que separan las naves, cubiertos con la bóveda y la cúpula de doble cruz. Siguieron los trabajos por los muros laterales; se acaba primero el del Norte y, partiendo de nuevo del ábside Sur, se cierra hasta dejar una parte abierta para entrar y sacar los materiales. Por último, se construye la puerta meridional con Cristo en Majestad acompañado por el tetramorfos, del que actualmente sólo quedan dos figuras, destacando los capiteles con la historia de la burra de Balaam y el sacrificio de Isaac.
Pasamos a admirar la extrordinaria portada occidental y su tímpano, esculpido con gran finura. En él se aprecia un hermoso crismón y dos leones a su lado, representando a Cristo benevolente acogiendo al hombre que tiene fe y a Cristo capaz de destruir al infiel. En la inscripción de la parte inferior leemos: “Si buscas vivir, tú que estás gobernado por la ley de la muerte, ven aquí suplicando rechazando el consuelo del veneno. Limpia el corazón de vicios para que no perezcas en una segunda muerte”. Fe, conversión y penitencia es lo que deberá cumplir el nuevo cristiano para que Dios tenga misericordia de él y sea acogido en la iglesia renovada. Los capiteles a ambos lados de la portada, dedicados a Moisés y David, corroboran este discurso ejemplarizante que se prolonga en el interior de la sede con el capitel del fiel, la tentación del joven, la Anunciación…
Salimos, finalmente, por la puerta chica, observando los restos rómanicos que aún conserva su tímpano, los dos capiteles de su portada y los que sirven de apoyo al porche que nos resguarda. Nuestro guía nos invita a ver la cabecera, la decoración del ábside sur, su ventana, molduras, modillones, el alargamiento del ábside central, pero ya no podemos apreciar entre sus piedras ni el ángel, ni el zodíaco que descubrío García Omedes porque la noche se nos ha echado encima.
La catedral de Jaca, hito del Camino de Santiago y modelo del románico pleno e influencia en numerosas edificaciones posteriores, se nos desdibuja a la vista pero no en nuestro interior.
Es hora de agradecimientos a los profesores que nos acompañan y con los que hemos compartido la IX Jornada de arte románico de Jaca; en especial al profesor Martínez de Aguirre, un hombre sabio y entusiasta que ha hecho partícipe de sus conocimientos a un grupo heterogéneo de personas amantes del románico y deseosas de aprender.
Besos y abrazos entre todos y para todos. ¡Nos volveremos a ver en la próxima edición!
Carmen Ferrer Mosteo socia 1409