Crónica de la JdRL de Invierno

El sábado 14 de diciembre con muy buenos ánimos gracias al buen día de claro sol que se nos presentaba iniciamos la última de nuestras salidas locales del año 2024.

En Vigo nos reunimos a las diez de la mañana con el grupo que había salido de Vilagarcía de Arousa: en total 41 amigos en busca de aventura románica.

Reanudado el viaje nuestro conductor de cabecera, Jesús, se dirigió muy decidido hacia el aeropuerto de Vigo, de nombre Aeropuerto de Peinador, ya que muy cerca de éste se ubica la primera iglesia que íbamos a visitar: la iglesia de Santa María de Guizán, en el concello de Mos, limítrofe del de Vigo, con el que comparte los terrenos aeroportuarios. El nombre de Peinador lo vamos a encontrar luego en la visita de Mondariz como el apellido del rescatador de ruinas románicas de Casteláns.

En poco más de 15 minutos nos hallábamos ya ante la peculiar iglesia de Santa María de Guizán. Ante nuestros ojos una portada con un tímpano calado que nos sorprende por su originalidad, tanta es que nos enteramos de que esta decoración es única en la provincia de Pontevedra.

Es la fachada occidental de la iglesia, con una portada de arco ligeramente apuntado rodeado por dos arquivoltas, una en chaflán y otra de boceles, y otra más al exterior a modo de chambrana de boceles delgados y surcos rehundidos entre ellos. Las arquivoltas apoyan en dos pares de columnas de fuste liso, monolíticas, con capiteles vegetales muy estilizados, y la que hace de chambrana va directamente sobre la cornisa que continúa el cimacio de los capiteles.

Pero lo que de ella más llama la atención, enseguida, es su tímpano que semeja un abanico, apuntado como el arco, claro, con unos huecos circulares bien perforados y moldurados, que forman un semicírculo.

Es un tímpano formado por dovelas, por once dovelas unidas entre sí y con un borde inferior semicircular. Se apoya actualmente en un dintel que no es original sino que corresponde a una restauración aunque sigue la traza de otro anterior.
Hay noticias de que el antiguo se rompió en los años cuarenta y que causó un buen estropicio en la parroquia, cayendo también los cascotes de rellenos que había sobre él. El hueco semicircular entre el dintel y el abanico de dovelas está también actualmente taponado, con relleno al parecer, si bien se ha dejado una estrecha luneta abierta entre el relleno y el dintel.
En su parte exterior las dovelas del tímpano están adornadas con flores, más bien estrellas, de seis hojas o puntas, con botón central e inscritas en un círculo rehundido. Cada dovela tiene una de estas flores y en conjunto forman un semicírculo muy decorativo de once flores estrelladas. Por dentro de este semicírculo, concéntrico a él, va el que está formado por los seis pequeños huecos circulares perforados sobre las uniones que hay entre dovela y dovela.

Este conjunto de óculos es es muy particular de esta iglesia, un modelo que no se repite en ninguna otra de la provincia de Pontevedra, ni de Galicia. En Románico Digital nos informan de que en la iglesia del monasterio de Santa María de Júnias, en Portugal, hay un tímpano con seis pequeños círculos calados pero son muy diferentes y en distinta.disposición.
Esta portada es única por su peculiar tímpano en abanico de dovelas con borde interior semicircular y decoración de flores estrelladas y círculos calados. Y con, además, el semicírculo en que se unen en su parte inferior que originalmente estaría abierto, quizá. ¿Es posible? Bien que me gustaría saber cómo era el arquitrabe o dintel original en que se apoyaría este conjunto, y si había óculo grande o no.
La iglesia de Santa María de Guizán es una iglesia de pequeñas dimensiones de planta rectangular con ábside rectangular, un poco más estrecho que la nave. El exterior del ábside está muy desfigurado. Cuenta con una sacristía añadida y una espadaña también muy posterior.
En la fachada sur aparecen inscripciones en diversos sillares, sin orden, que organizadas pueden dar la fecha de 1192. Esta es una fecha que se acepta como posible para la construcción de la iglesia.
Esta fachada sur va coronada por un alero que resalta por la abundante ornamentación. Tiene borde en chaflán y está sostenido por diecisiete canecillos en su mayoría figurados, varios con cabezas humanas, hay uno que presenta a un hombre sentado con las piernas cruzadas, también cabezas de animal alguna de ellas monstruosa. Algunos canecillos parece que serían de bien entrado el siglo XIII, aunque otros parecen anteriores. Hay que tener en cuenta que la iglesia ha sufrido remodelacione o reconstrucciones. El chaflán del alero está decorado con abundancia de estrellas, flores o cruces inscritas en círculos.

La fachada norte vuelve a tener alero y canecillos, dieciocho, casi todos de nacela. También hay en esta fachada una puerta con un dintel trapezoidal de grandes dimensiones.

En O Porriño estaba previsto hacer la pausa-café, también llamada pausa hidráulica no sé por qué. Misión cumplida, con unos treinta minutos de descanso y charla, y vuelta al autocar.


Ponemos rumbo a Ponteareas para nuestra siguiente visita: la iglesia de San Pedro de Angoares, muy próxima a la villa de Ponteareas. El vial que llega hasta la iglesia es demasiado estrecho para que nuestro autobús pueda llegar hasta la puerta, como sería el propósito de nuestro conductor que siempre lo intenta. Nos quedamos a cincuenta metros y aún de ahí tiene que retroceder hasta un punto con más espacio para poder salir del autocar.
La iglesia románica de San Pedro de Angoares es del siglo XII pero su aspecto exterior resulta extraño debido a que en una remodelación realizada hacia el año 1900 le añadieron, justo delante de la portada occidental, un pórtico neogótico rematado en torre campanario.
La característica más singular de esta iglesia es su planta ya que es de cruz latina con ábside rectangular, de testero plano. Es el único caso que tenemos en Galicia de este tipo de planta. Cabeceras planas hay muchas, son las más frecuentes, pero siempre en iglesias de una sola nave y solo en este caso aparece en una planta de cruz latina. Tampoco se da en el resto del territorio español, es la planta que tiene Santa Marta de Tera, el otro caso singular. Parece ser que ello se pudiera atribuir a reminiscencias de época visigoda. Aquí en este mismo lugar se cree que pudo existir una iglesia de esa época.
En la reforma en que se le añadió el pórtico gótico se hizo también la sacristía y fueron cegados las puertas norte y sur de la nave principal, que eran de arco de medio punto en arista. Las que conserva son las dos puertas de las capillas del crucero, que son ambas de arco de medio punto con tímpano liso sobre mochetas: cabezas de animal en la del sur y sin figuración reconocible en la del norte.
Correspondió la iglesia a un monasterio benedictino cuya mención más antigua es la de un documento de donación de 1229. Al parecer su construcción se hizo sobre otra anterior, y en uno de los muros de su fábrica se reutilizó como sillar una pieza que se identfica claramente con la lauda de un sepulcro prerrománico.
Arqueológicamente se documentan en el lugar hallazgos que se remontarían incluso a la época romana. Del monasterio correspondiente se perdieron los últimos vestigios ya en el siglo XIX.

Es de destacar que el exterior conserva los aleros y bajo ellos un fantástico conjunto de setenta y cuatro canecillos. En muchos de estos la iconografía hace alusión a las bajas pasiones humanas y su castigo correspondiente, también cabezas de animales más o menos monstruosas o amenazantes.
El interior tiene cubierta de bóvedas de crucería en la nave y el ábside y de cañón en los brazos del crucero. Se supone que originalmente la cubierta sería de madera a dos aguas en la nave y tendría bóvedas de cañón en el ábside y en los brazos del crucero.
El arco triunfal y los torales son de medio punto doblados en arista, apoyados en columnas de basa ática rematadas con capiteles de decoración vegetal con hojas vueltas y terminadas en espiral, con mucho volumen.
En el testero del ábside se abre una ventana con arco de medio punto en arista apoyado en dos columnas acodilladas y ábacos de chaflán recto. En el lado izquierdo el ábaco tiene como decoración un pez que abre su boca hacia la derecha y a continuación unos relieves en espiral que parecen serpientes enroscadas (se me ocurrió pensar en las lampreas, incluso). Los capiteles sonde tema totalmente vegetal el izquierdo mientras que el derecho presenta un león de cuerpo entero ocupando todo el espacio que se completa apenas con unos caulículos.

Los cuatro capiteles del centro del crucero destacan por su voluminosidad, igual que los del arco triunfal. También su decoración es vegetal de hojas vueltas en pico o en espiral.
Pero hay un capitel que sobresale en esta iglesia por su diferente temática, es el capitel occidental del arco del brazo norte. Rodeando todo el cuerpo del capitel hay un grupo de siete personajes con vestidos que los cubren hasta las rodillas.en una escena en que un personaje central es sujetado por sus brazos por otros otros dos, mientras el resto de personajes se llevan manos al pecho o al vientre. Es una escena de prendimiento, que se puede referir al de Jesús en el Huerto o, quizá, al prendimiento de San Pedro por orden de Herodes puesto que a él está dedicada la iglesia.

Como dato curioso, aunque nada románico, hemos encontrado en esta iglesia dos vitrinas de madera en la que se exponen exvotos de plata. Como no es usual que los exvotos que vemos en las iglesias sean de plata nos fijamos en el santo al que han sido ofrecidos y vemos que es San Benito de Palermo. En un lugar destacado en la capilla sur del transepto hay una imagen de este santo, debe ser de madera policromada, de estilo bastante popular.

Sabremos entonces que en honor de este santo se celebra en la parroquia una romería que congrega a una gran multitud de personas, todavía en la actualidad,procedentes de una amplia zona. Las ofrendas se hacían (y aún aún se hacen,en menor medida) en productos en especie: huevos, gallinas, gallos, conejos, y otros productos que después de la misa se venden o se subastan. También se consigue en subasta el derecho a portar las andas del santo durante la procesión.
No hay duda de que tan multitudinaria y de votísima romería proporcionaba fuertes ingresos a la parroquia. Quizá esto tenga que ver con los exvotos de plata.
Los franciscanos fueron los que expandieron el culto a este santo siciliano hijo de esclavos etíopes que llegó a ser Prior de la orden. Fue un culto muy importante en la España en los siglos XVII y XVIII, sobre todo en áreas con mayor proporción de población de origen esclavo, muy extendido en los países de Hispanoamérica.
Más tarde en España se perdió pero en Galicia persiste en tres parroquias de la provincia de Pontevedra que son, además de esta de Angoares, una de Redondela y otra del Salnés, y ello a pesar de que en Galicia no hubo esclavos en los siglos de la edad moderna.
La imagen del santo que está en la iglesia de Angoares llegó a aquí procedente del convento franciscano de Canedo, Ponteareas, tras la exclaustración de los monjes en 1835. Los franciscanos de Canedo, que recompraron el convento en1895, tienen ahora una imagen nueva de su hermano santo.
Nuevo destino nos espera y a él estamos deseando llegar: el balneario de Mondariz en el cual está programada la comida. El apartado gastronómico de nuestra aventura resultó harto satisfactorio al igual que el acostumbrado sorteo de regalos, sobre todo para los agraciados. Pasamos un rato muy agradable.
De vuelta al objeto principal de nuestro viaje, al románico, realizamos un paseo por los jardines del Gran Hotel de Mondariz en los que se hallan instalados diversos elementos constructivos que pertenecieron al monasterio de SanEstevo de Casteláns del vecino concello de Covelo. En el lugar de origen se conserva solo parte de la derruida cabecera del templo monasterial. Las piezas que aquí se encuentran fueron adquiridas por Enrique Peinador Lines y trasladadas a los jardines de su hotel donde se instalaron como parte de un museo etnográfico. De no haber sido por esto quizá se hubieran perdido para siempre con el resto de la ruina.
Tenemos el arco triunfal y los cuatro monumentales capiteles del ábside, así como cinco ventanas con sus diversos elementos. Todo fue desmontado y vuelto a montar tal como lo veríamos hoy a no ser por las piezas que han desaparecido en tiempos recientes: el expolio no se detuvo.

El arco triunfal es de medio punto algo peraltado y con doble arquivolta rematado   con una chambrana de billetes en cuatro bandas. La arquivolta intermedia es d media caña y va decorada con flores hexapétalas con botón central. Las mismas flores decoran otra media caña en el intradós del arco.
Los capiteles del las columnas que sostenían el arco triunfal así como los del arco fajón del ábside están depositados a los pies del arco, dos a cada lado. Son capiteles de rotundos volúmenes en los que se aprecia la decoración vegetal rematada en volutas y en uno de ellos dos leones afrontados y rostros humanos.
Otro de ellos una cabeza humana central y grandes volutas vegetales. Los cuatro capiteles resultan muy desfigurados por la vegetación que los recubre y no es fácil apreciar la iconografía.
Es opinión opinión general de los diversos estudiosos que en este caso el modelo directo está en los del transepto de la catedral de Tui de los cuales serían réplicas tardías.
Tenemos también las cinco ventanas con sus elementos no sabemos si correctamente dispuestos en su configuración original. Son muy interesantes por la variedad de su decoración en capiteles y sobre todo en los fustes con la combinación de fustes lisos y entorchados.

De acuerdo con fotos antiguas conservadas tres de ellas correspondían a las ventanas interiores del centro del ábside: estructura de ventana simple de arco apuntado con bocel y una media caña decorada con bolas y con una chambrana de billetes. Solo quedan dos de ellas, de la otra apenas si quedan los fustes delas columnas pues el arco ya desapareció.
El conjunto de las ventanas se encuentra rodeado por una alambrada cual si de un gallinero se tratase. Es evidente que se puso como una valla de protección y que tiene una puerta que puede abrirse y acceder a la visión de los detalles y hacer fotos sin el obstáculo de la malla metálica.
La tristeza nos invade al contemplar la mala situación en que se hallan los restos románicos que, salvados en su día por Enrique Peinador de una ruina inminente,sufren cien años más tarde la falta de protección tanto frente al expolio como a la agresión medioambiental, en la humedad de este “Bosque”, que así se llama esta zona de los Jardines. Esperemos que la propiedad no demore mucho tiempo la
solución del grave problema y se adopten las medidas necesarias para la protección de estas joyas del siglo XII.
Fueron recuperados también en 1919 algunos elementos del claustro del monasterio y donados a la Sociedad Arqueológica de Pontevedra los cuales han sido reutilizados en la Capilla de San Roque en Pontevedra. Los podemos ver en la triple ventana de la fachada lateral.
Por último, quisimos ir a contemplar la localización original de los restos románicos que estuvimos admirando. Bueno, más bien debió de ser una decisión tomada por nuestros guías porque no estaba en el programa. Era una idea genial y hacia allí nos dirigimos, al lugar de Cateláns del municipio de Covelo. Pero lamentándolo mucho, no pudimos llegar hasta el emplazamiento de las ruinas.del monasterio. Demasiado estrechas para el autocar las carreteras, y con difícil trazado. Tendríamos que realizar un tramo a pie de unos veinte minutos yeso ya no nos permitía regresar a la hora prevista.
En fin, que lo que se conserva in situ es la parte de la cabecera de la iglesia del monasterio hasta la altura de la imposta de debajo de las ventanas del ábside.
Se puede ver que era de ábside pentagonal con tramo recto. Tres semicolumnas adosadas se alzan sobre altos zócalos dividiendo el ábside en tres partes. Tiene evidentes analogías con, por ejemplo, la iglesia de Santiago de Bembrive enVigo, y se data en el último tercio del siglo XII.
Con la pequeña frustración de no llegar a ver la gran ruina que resiste sobre los cimientos originales se terminaba nuestra Jornada Románica de Invierno. En ella vivimos alguno de los momentos más memorables: no olvidaremos ese recorrido en autobús marcha atrás, subiendo una cuesta en curva, intentando aproximarnos, como siempre, al monumento que nos toque visitar. Pero en este caso se logró el más difícil todavía.
Solo Jesús nos obsequia con esta destreza suya al volante. Y nosotros, que
conste, se lo agradecemos mucho.¡Gracias querido conductor!


Julia González AdR 1075