¡Llegó el gran día! El 5 de septiembre a las 7.30 de la mañana, un nutrido grupo de Amigos del Románico, 43 en total, nos dábamos cita en el aparcamiento de Garbera para nuestra aventura de 5 días por la Dordogne.
Como suele ser habitual, y para no perder la gracia del comienzo de un viaje, el olvido de una documentación en un hotel nos obligó a dar un par de vueltas más de las previstas y retrasó una hora nuestra partida. El atasco habitual de Burdeos no dio tregua así que tuvimos que suspender la visita prevista para la mañana e irnos directamente a comer ya que, como nos insistía Mikel, la hora de la comida en Francia es sagrada y si no llegas en punto toca hacer dieta. Abundante y muy bien condimentada, disfrutamos de ella en el restaurant Le Petit Queyrai en la localidad de Saint-Medard_de_Guizieres.
La tarde nos cundió y pudimos visitar Saint-Pierre en Petit-Palais et Cornemps, con su maravillosa portada; la iglesia de Sainte-Eulalie en Saint-Aulaye con muchos canecillos para disfrutar y un castillo, actual ayuntamiento, en sus inmediaciones; la última visita del día fue la iglesia de Sainte-Madeleine en la localidad de Montagrier que forma un bonito conjunto con su cementerio.
En Perigueux, donde todos los hoteles estaban cerca unos de otros, las distancias para Sergio, nuestro amabilísimo chófer, eran enormes porque la ciudad estaba invadida por las obras.
La primera visita del día 6 fue Notre-Dame de la Nativité en Bussière-Badil que cuenta con numerosos pilares rematados con capiteles esculpidos y una bonita portada, cuyas esculturas fueron decapitadas. A continuación, en Javerlhac-et-la-Chapelle-Saint-Robert visitamos su iglesia que tiene bonitas tallas de palmetas, dientes de sierra, ajedrezados, etc. en los cimacios de sus capiteles.
A la 1, hora sagrada en nuestro viaje, comimos en Brantôme en la terraza del restaurante Au Fil du Temps a la orilla del río y frente a la antigua abadía. Comida abundante, bien elaborada y en un entorno idílico, lo que nos hizo disfrutar de lo lindo. De allí a visitar la antigua abadía con sus cuevas excavadas sobre el acantilado, la gruta del Juicio Final, la fuente de la roca venerada por sus virtudes sobre la fertilidad,…
L’Eglise Saint-Jean-Baptiste en Saint-Jean de Côle fue la última de las visitas del día y en ella llama poderosamente la atención la ubicación de sus dos capillas laterales de igual dimensión que la capilla principal pero que no son perpendiculares al eje de la Iglesia. Muy bonito el mercado y el resto del pueblo, que ostenta el título de una de las villas más bonitas de Francia.
Al igual que el lunes, dormimos en Perigueux. Algunos, los que se cuidan, cenaron un poco de fruta en el hotel y otros salimos a picar algo en alguno de los restaurantes de la ciudad. El miércoles 7 por la mañana metimos las maletas en el autobús y nos fuimos a Chancelade a visitar la Chapelle Saint-Jean y los restos de su abadía.
De vuelta a Perigueux para visitar l’Eglise Saint-Etienne-de-la-Cité, primera catedral de la ciudad, donde pudimos escuchar el histórico órgano que alberga, ya que estaban ensayando un concierto. Esta Iglesia de St-Etienne fue destruida y sustituida por la actual cathédrale Saint-Front, monumento histórico desde 1840 y Patrimonio de la Humanidad desde 1998; precioso su campanario y las cúpulas con pináculos que la relacionan con la arquitectura bizantina.
Después de comer en el Bistro Régent, vuelta al autobús para dirigirnos a Saint-Léon-sur-Vézère a visitar l’Eglise Saint-Léonce ubicada en un bonito pueblo de casitas medievales y aprovechando el viaje de vuelta a Sarlat, una paradita en Les-Eyzies-de-Tayac, sin tiempo para visitarla pero sí para despertarnos las ganas de volver. La pernocta los días 7 y 8 en Sarlat-la-Caneda nos ha permitido deambular por sus calles y disfrutar de sus preciosos edificios, de sus bares y terrazas por la noche y de su paz por las mañanas.
La primera visita del jueves 8 de septiembre fue a la antigua abadía de Beaulieu-sur-Dordogne ,enorme iglesia con un precioso tímpano en el que se representa la Parusía o retorno de Cristo al final de los tiempos en su portada meridional. En nuestra siguiente parada, la iglesia abacial Sainte-Marie en Souillac, uno de los mejores ejemplos de estilos arquitectónicos románico y bizantino, disfrutamos de sus tres cúpulas y su maravillosa portada interior. De camino al restaurante Le Vieille Aubergue se hizo el tradicional sorteo en el que resultó agraciada Julia, a la que Mikel hizo entrega del interesantísimo “Diccionario Visual de Términos Arquitectónicos”. Por la tarde, algunos se quedaron en Sarlat y otros, la mayoría, visitamos Lascaux IV, Centro Internacional de Arte Rupestre, maravillosa réplica de la cueva original de Lascaux.
El viernes 9, lejos de desaprovecharlo visitamos la coqueta Eglise de Notre-Dame de la Nativité en la localidad de Cénac-et-Saint-Julien cuyo interés principal son sus 44 capiteles y 18 modillones románicos; nuestra última visita fue a l’Eglise de Notre-Dame de l’Assomption rodeada de su antiguo cementerio y con un enorme ciprés llamado Daugeard y que fue plantado antes de la Revolución. Después de un breve paseíto por Bergerac y de la comida a la 1 como cada día, en el restaurante La Braise, pusimos rumbo a Donostia.
Si hubiera que hacer un resumen de este viaje habría que destacar la inmejorable organización; la atención constante por parte de Mikel a cada detalle y a cada necesidad; la amabilidad y buena disposición de Sergio, nuestro estupendo chófer y el absoluto respeto de todos los componentes del grupo a las normas y horarios establecidos, que siendo un grupo tan numerosos suele resultar francamente complicado. Todo ello ha hecho que hayamos disfrutado enormemente de cada actividad programada y que nos hayan quedado ganas de repetir viaje cuanto antes con nuestros Amigos del Románico.
Mª Carmen Enparán Socia nº 1885