Crónica de la JdRL de la Coordinación de Madrid-Castilla La Mancha por Soria

Sí, por fin. Por fin volvíamos a juntarnos para hacer esos viajes, que tanto nos gustan, al Románico. Era casi emocionante ver la alegría en la cara de l@s que nos reencontrábamos en jornadas como esta en las que aprendemos y sentimos tanto. Comencemos. 

Este humilde cronista no descubre nada si dice que los viajes, como todo, se compone de datos objetivos y datos subjetivos. ¿Cuáles son más importantes? Empecemos por los objetivos. 

Y es que hablar de Soria es hablar de Románico. Ana, nuestra magnífica guía, nos contó muchas cosas, como que en Soria hay catalogadas unas 400 iglesias románicas, gracias a la acción, entre otras, de la Fundación Soria Románica (al parecer, desaparecida por la crisis…). En este Viaje visitamos 5 + 1 iglesias (la última fue un regalo inesperado; en inglés lo llamarían bonus track…). 

Son iglesias del llamado “Románico porticado”. Se caracteriza por presentar una galería adosada a la iglesia, galería utilizada para reuniones y asambleas de moradores y moradoras. “Nuestras” iglesias, además, tienen una sola nave una sola nave, en lo que se destaca su carácter rural. También tienen en común el hecho de estar construidas, en general, en piedra arenisca, típica de la zona. Curiosamente, y frente a la presencia habitual de espadañas en las iglesias románicas sorianas, las iglesias visitadas presentan todas, una torre. Por último, común es también la influencia del Románico silense, sobre todo en los elementos “decorativos” y su simbología, así como la presencia habitual, traída de Persia, de elementos enfrentados. 

Y es que, como siempre, estas iglesias son, más que un libro abierto, una Biblia y un Catecismo abierto para la iletrada gente, en aquellos tiempos, de la zona: sirenas, arpías, grifos, dragones… La lucha del bien contra el mal, contra las pasiones… ¿Datos históricos? Si pensamos en la historia prácticamente común a ellas estamos en una zona que se caracterizó por ser una de las llamadas Comunidades de Villa y Tierra. Estamos en zona de conquista y colonización de territorios ganados a los musulmanes. Su gobierno era asociativo y esto, en palabras de nuestra guía Ana, hace que la importancia de los pórticos como lugar de reunión de la población fuera enorme. 

Por la mañana visitamos 4 iglesias, que presentan características comunes entre sí y que las diferencia con relación a las visitadas por la tarde. 

NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN (VILLASAYAS) Si algún pueblo de nuestro viaje puede pertenecer a la España vaciada, es este: unas 35 almas censadas, frente a las 600 que llegó a tener en el siglo XIX. Poco queda del Románico original de esta iglesia, cuyo pórtico fue totalmente cegado. Especialmente ricas son las arquivoltas, en la segunda de las cuales fueron esculpidos en sus ocho dovelas una serie de motivos que condensan lo mejor del románico castellano de este tardío momento de finales del XII o principios del XIII y que, además, se han conservado de modo excelente. 

IGLESIA DE SANTA CRISTINA (BARCA)            

Nuevamente nos encontramos ante una iglesia románica en origen, pero de la que hoy sólo se conserva de esta época la galería porticada, la mutilada portada y la pila bautismal.            Lo más destacable del pórtico de Barca, al igual que ocurría con el de Villasayas, es la aparición de dos grandes relieves en los apoyos extremos de los arcos del pórtico.  En el del lado occidental se aprecia el perfil lateral de un atlante y el oriental está compuesto por dos personajes sedentes adosados a una columna, quizás dos profetas, pues portan una filacteria. 

IGLESIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL (ANDALUZ)            

Andaluz fue una de las primeras localidades sorianas repobladas por los cristianos en estas legendarias tierras de frontera entre cristianos y musulmanes. Todavía hoy se conserva un puente medieval sobre su cauce.            Se trata de uno de los templos de origen románico más antiguos de Soria, aunque, nuevamente, queda del primitivo templo románico sólo la galería porticada y la puerta situada en el muro sur.            Es muy interesante el museo lapidario que se encuentra en uno de los lados del pórtico, cerrado para tal fin. Allí podemos ver capiteles y otros restos recuperados de la iglesia. 

IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS (AGUILERA) 

Nos encontramos con la iglesia que ha tenido menos reformas, por lo que conserva más restos de la iglesia original. La belleza de los capiteles es destacable. Y la deshumanización de determinadas personas, también: en el más curioso (posiblemente dos juglares que sujetan a una saltimbanqui) la mano humana ha destrozado parte del capitel y se han quedado tan a gusto. Mejor no hacer comentarios. Como cosa curiosa, se aprecian aún restos de tablas del juego del alquerque, juego medieval parecido a las 3 en raya. 

IGLESIA DE SAN PEDRO (CARACENA) 

En 1061, Fernando I, rey de Castilla, León y Galicia, toma definitivamente el castillo y por ende, la villa de Caracena. La toma se produjo durante la noche, y se dice que el nombre de la localidad viene de ello pues «Cara les costó la cena» o «Cara cena les costó» (https://plandviajero.com/villa-de-caracena-soria/). Como tantas leyendas, no sabemos si le costaría tanto la cena o no. El caso es que por la tarde visitamos Caracena y, como nos dijo Ana, su “Románico diferente”. Lo que hoy es una pequeña aldea fue una importante villa medieval, aunque actualmente es una población casi despoblada. De su importante pasado quedan los restos de las murallas medievales, un puente románico, el potente rollo jurisdiccional barroco del siglo XVIII (datado en 1738), su extraordinario castillo y las 2 iglesias que visitamos. También de nuestra iglesia quedan pocos restos: la galería y la cabecera con sus canecillos. Y, por encima de todas las columnas, la columna de fustes torsionados. 

Y, DE PROPINA… 

Finalmente estuvimos viendo la iglesia de Santa María, con su torre defensiva a la que está adosada la iglesia. ¿Datos subjetivos? La belleza de los edificios románicos (sus capiteles, columnas…), la belleza de los pueblos, la belleza de los entornos naturales. Las fotos no hacen justicia a lo que se siente cuando se ven in situ. La calidad de nuestra guía, Ana, y de colaboradores locales, expertos en las distintas iglesias. Por último, se celebró el clásico juego que realiza Tomás, sorteando dos regalos entre los asistentes. Muchas gracias a Tomás, a Eduardo y a Dani por estos viajes tan nutritivos artística, estética y gastronómicamente hablando (cómo comimos…). 

Hasta pronto. 

Tudmir