Amaneció el 5 de Julio con ambiente muy agradable que invitaba al paseo y, cómo no, a un completo día de visitas en la zona de Villaviciosa. Con puntualidad y muy buen ánimo los 25 Amigos del Románico apuntados a la salida nos reunimos en la sede de la Fundación Cardín para el comienzo de la Jornada en la que Rebeca Meana, guía de la Fundación y buena amiga de nuestra Asociación, sería la perfecta anfitriona por su simpatía, su sencillez y su vasto conocimiento del patrimonio de Villaviciosa.
Una vez hechas las presentaciones no dirijimos a nuestro primer destino del día: San Adrés de Bedriñana. Se trata de una sencilla pero muy evocadora Iglesia en la que podemos encontrar cinco preciosas ventanas prerrománicas de su original fábrica del S. X. Todos los asistentes coincidimos en la belleza de las mismas, magíficamente explicadas por Rebeca en lo que a su simbología respecta. Del templo románico del siglo XIII pervive en el interior el arco triunfal compuesto por una doble rosca lisa de medio punto que apoya en dos columnillas a cada lado, además contiene capiteles esculpidos con motivos vegetales.
Tras el obligado lapso de tiempo para que nuestros socios pudieran fotografiar convenientemente la Iglesia volvimos a los vehículos para visitar una de las estrellas del día: la magnífica Iglesia prerrománica de San Salvador de Priesca, una joya, quizás injustamente tratada por llevarse Valdediós, del que daríamos cuenta por la tarde, la mayor publicidad y reconociento. Pero nada mas lejos de la realidad, porque es el de Priesca un magnífico templo que nada tiene que envidiar al conventín.
Fundada en el año 921, es una de las últimas construcciones del prerrománico asturiano. Cuenta con una planta compuesta por tres naves rematadas por ábsides abovedados y separadas entre si por arcos de medio punto e iluminadas por varios vanos cerrados con celosías características del arte asturiano. Pudimos ver con satisfacción como muchos de los asistentes abrían sus bocas con asombro ante el despliegue cromático de las pinturas de su interior: palacios, escenas historiadas, motivos florales o dibujos geométricos que hicieron las delicias de nuestros socios e hicieron sufrir, todo hay que decirlo, a las cámaras fotográficas de cada uno de ellos, ya que no pararon de dispararse buscando el ángulo perfecto, el contraste elegante, el recuerdo digital de un templo que cumplió con creces las expectativas que nos creó cuando pensamos el itinerario de la salida.
Desde tan excelso templo, rodeado de un entorno precioso y agradable, nos dirigimos al tercero de nuestros destinos: la sencilla Iglesia de Santolaya de Selorio. A pesar de hundir sus orígenes en el siglo X, apenas guarda ya ningún elemento que nos haga sospechar su origen. Sorprende, a parte del reloj, absolutamente desubicado, de su espadaña (reloj que todo sea dicho despertó el lado más bromista de alguno de nuestros asistentes), su magnífica portada, y ya en el interior la preciosa arquería del ábside.
De vuelta a Villaviciosa pudimos ver como los ojos de nuestra guía Rebeca brillaban mientras nos explicaba la historia de nuestro último destino de la mañana: la Iglesia de Santa María de La Oliva. Y es que no se nos ocurre nadie que conozca y ame más este templo ya gótico, que Rebeca. De este modo, y Tablet en mano para ilustrar con fotografías sus certeras explicaciones, pudimos comprobar in situ los cambios acaecidos en su magnífica portada, muy castigada por la guerra, y los detalles de su preciosa decoración exterior.
Con la retina plena de belleza y asimilando para retenerlas en nuestro cerebro las explicaciones de Rebeca llegó la hora de comer. Lo hicimos en el Restaurante Casa Cortina donde pudimos degustar los típicos tortos asturianos y una riquísima sopa de mariscos de primero, una contundente Fabada Asturiana y Escalopines al Cabrales de segundo y riquísimos postres, en este caso arroz con leche y las típicas "Fayueles" Rellenas, regadas con sidra de la casa para acabar de imbuirnos, si no lo habíamos hecho ya, de la “idiosincrasia” asturiana del modo más tradicional.
Hubo reparto del último número de la Revista Románico entre los acompañantes que se hicieron socios durante el viaje, y como detalle regalamos a Augusto Guedes, insigne anfitrión de la jornada, con motivo de su reciente cumpleaños, el último libro de Jose María Peridis “ El cantar de Liébana”. Una comida muy agradable que nos sirvió para reponer fuerzas ante el insigne destino que nos esperaba por la tarde: el Conjunto Monumental de Valdediós.
Con puntualidad por parte de los socios, ya que las visitas de grupos tienen un estricto horario según reserva, accedimos al interior donde cada uno, algunos solos, otros en grupo, pudimos disfrutar de una de las joyas del prerrománico asturiano. Conocida popularmente como "El Conventín", San Salvador de Valdediós fue mandada construir por el rey Alfonso III "El Magno" quien eligió este bucólico lugar para su retiro. A la ceremonia de consagración, en el año 893, asistieron hasta 7 obispos.
Acompañó la temperatura, agradable para pasear alrededor del templo y disfrutar de los contrastes lumínicos que el sol de la tarde nos regalaba sobre su recién restaurado exterior. Pudimoso también disfrutar el Monasterio de Santa María de Valdediós y su Iglesia de Santa María, que fue fundado en el año 1200 por los reyes Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla. El magnífico claustro que sustituyó entre el XVI y XVII al original románcio, fue la última de las visitas.
En definitiva una bellísima jornada que, a pesar de celebrarse entre semana por “problemas logísiticos” de la Coordinadora ADR Cantabria- Asturias, reunió a 25 afortunados que disfrutamos de una estupenda jornada de prerrománico, románico, buen ambiente y nuevas amistades.
Óscar Manuel Ruiz Pérez. Coordinador ADR Cantabria-Asturias.