Es tres de junio de 2023 y nos congregamos en un nuevo Fin de Semana Románico que esta vez nos llevará a recorrer la catedral de Orense y significativos monasterios e iglesias de la Ribeira Sacra. A las 9.30 Beatriz, la guia de la empresa “Mais que románico”, nos espera a las puertas de la catedral de Orense. Con ella vamos a recorrer éste y todos los monumentos de este fin de semana. La catedral de Orense aún conserva buena parte de su impronta románica, con un claro regusto mateano deudor de Santiago de Compostela. Especialmente destacados son el pórtico del Paraíso con su sorprendente policromía, la puerta septentrional con sus estatuas columna y su arco interior polilobulado, el Cristo de los desamparados, una de las pocas tallas románicas de Cristo que se conservan en Galicia, y las piezas que se custodian en su pequeño museo de incalculable valor, especialmente los esmaltes de Limoges. La catedral de Orense bien sería merecedora de un monográfico dadas sus riquezas y sus valiosos restos románicos.
A partir de aquí empieza nuestro periplo por la Ribeira Sacra. Se trata de un lugar mítico para los amantes del románico por su paisaje y por la gran concentración de iglesias, muchas de ellas parte de cenobios, ya que en esta zona interior bañada por los ríos Miño y Sil se ubicaron un sinnúmero de ordenes monásticas atraídas por la belleza del entorno y sobre todo por la riqueza que suponía ser región vitivinícola. Según Augusto Guedes, la Riberia Sacra alberga ni más ni menos que 167 iglesias románicas. Necesitaríamos bastantes FSR para poder recorrerlas…
Arrancamos en Sant Estevo de Ribas de Sil, donde disfrutamos de su enigmático frontal de altar pétreo (aunque lamentablemente detrás de la verja), el claustro de los obispos y disfrutamos de un rico almuerzo en el Parador de Turismo. Después de los tradicionales sorteos de libros proseguimos nuestra ruta con parada en el monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo. Allí su guía, con una contagiosa vehemencia, nos explicará la historia y aspectos relevantes del conjunto. Destacan su frontal pétreo de triple arcada, la pila bautismal y algunos capiteles sin duda originales. El sábado concluye con la visita a San Pedro de Rocas, lugar emblemático de la Riberia Sacra cuya iglesia rupestre sobrecoge. Se trata de un lugar antiquísimo, cuya lápida fundacional que se conserva en el museo arqueológico de Orense, y que algunos pudieron ver el viernes, sitúa su fundación en el año 573. Son también destacables el entorno, las tumbas pétreas antropomorfas y escasos restos de la única pintura al fresco conocida en Galicia. Los pocos vestigios han sido estudiados y se sabe que representaba un mapamundi similar a los que podemos encontrar en los códices de la época.
El domingo arranca temprano con nuevos destinos románicos de la Ribeira Sacra. La primera parada será el monasterio de San Salvador de Ferreira de Pantón, el único monasterio femenino de la Riberia Sacra que mantiene la vida religiosa. Allí, además de hacer buen acopio de los dulces conventuales, disfrutamos de un conjunto magnífico. Especialmente destacables son el conjunto escultórico de capiteles y canecillos de un maestro irrepetible (Sansón, Daniel, arpías, bueyes…), la talla de la Virgen que apareció en unas reformas en 1975 y unas ventanas únicas cuya parte inferior también son redondeadas. Continuamos por la muy original iglesia de San Fiz de Cangas. La iglesia es una muestra de románico rural poderosa y sugerente. Destacan sus esquemáticos relieves en la portada y en la puerta lateral que muestran, sin margen de duda, dos falos, su cabecera poligonal y su ventana trilobulada.
Continua nuestro periplo a la maravilla de San Miguel de Eiré. Iglesia inolvidable por su originalidad arquitectónica y escultórica. La torre de San Miguel de Eiré remite más a modelos castellanos que gallegos, y su escultura es todo un misterio, desde las esfinges que custodian la puerta de entrada (probablemente representen el tetramorfos), hasta el felino o lobo que hay detrás del altar y sobre el cuál estuvimos especulando con varias interpretaciones. De camino al mirador do Cabo do Mundo nos detenemos brevemente para observar, desde fuera, la iglesia de San Lourenzo de Fión.
Después de una breve parada en el mirador sobre el cañón del Miño, nos disponemos ya a la última visita de este Fin de Semana Románico: San Paio de Diomondi. Construcción ambiciosa de regusto palaciego, al ser la sede de veraneo de los obispos de Lugo hasta el S. XIX. Su excepcional fachada, su imponente planta y la calidad de sus esculturas zoomorfas en forma de cánidos y leones en las mochetas de las puertas laterales, suponen una excepcional despedida a este Fin de Semana Románico. Con el ánimo lleno de belleza artística y de buena compañía, nos despedimos hasta la próxima ocasión.
Oscar Negredo Carrillo