Los días 21 y 22 de Octubre, entre el fragor de las noticias cotidianas sobre Cataluña, se celebró en Tarragona el XXV FSR dedicado de forma monográfica a su Catedral. Contó con la colaboración científica de investigadores del grupo TEMPLA que, desde planteamientos distintos, abordaron el estudio del conjunto catedralicio.

El viernes por la tarde, fuera de programa, se visitaron los restos del anfiteatro romano, edificado junto a la playa del Miracle. Las gradas se construyeron aprovechando la inclinación natural del terreno. El edificio fue abandonado en el siglo V y en la centuria siguiente acogió en su interior una pequeña basílica y un cementerio. La iglesia fue abandonada en torno al siglo VIII y en el siglo XII fue erigido sobre sus restos un nuevo templo dedicado a Santa María.

Mientras aguardamos la llamada para entrar a cenar, nos saludamos y charlamos como viejos amigos que se ven, muchos de nosotros, sólo dos o tres veces al año con motivo de estos viajes románicos.

La sede de las conferencias fue la sala de congresos del Centro Tarraconense "El Seminari", ubicado en la parte alta de la ciudad, al lado de la Catedral. Comenzó la mañana del sábado con unas palabras de presentación y de agradecimiento por parte del vicepresidente de AdR, Jesús Ribate, y del profesor Gerardo Boto, de la Universidad de Girona y director del grupo de investigación TEMPLA.

La primera conferencia estuvo a cargo de Joan Menchón, arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Tarragona, con el título: " De la Tarraco romana a la Terrachona medieval: estado de la cuestión". Su objetivo fue explicar hasta qué punto la ocupación de los espacios de la que fue urbs imperial en época romana, la reutilización de sus murallas, de los edificios del Concilio Provincial,... han marcado la configuración urbana de la ciudad hasta prácticamente nuestros días.

Tomó la palabra Gerardo Boto a continuación, con una presentación titulada "La Catedral de Tarragona: creación y construcción de un proyecto románico unitario". Esta iglesia asumió unas dimensiones superiores a las de cualquier otra construida o en construcción en aquélla época. Los arzobispos metropolitanos de Tarragona pujaron por obtener la primatura de las Españas frente a los de Toledo y a los de Braga, y la arquitectura fue el exponente visible de esa pretensión política e institucional. Conectada con los restos del temenos del recinto imperial de época flavia en el lado norte, su orientación queda definida por la dirección del eje de simetría del recinto del templo romano, ligeramente inclinado con respecto a la dirección a levante de los templos románicos.

Después de una pausa, Esther Lozano, profesora de la UNED, nos habló sobre: " Narraciones para la comunidad canonical: mirar, recordar, meditar". El claustro es excepcional por su repertorio iconográfico.  La mayor parte de los capiteles figurados se incluyen dentro de una serie de ciclos narrativos sobre los que reflexionar en determinados tiempos litúrgicos. Aparentemente hay un desorden compositivo, sus relieves muestran lecturas lineales, cruzadas o pendulares divididas en secuencias. Cuando los clérigos caminaban en torno al claustro, eran capaces de activar unas imágenes con el recuerdo de otras y mezclar lo que veían con lo que recordaban.

Cerró esta etapa matutina la profesora de la Universidad Rovira i Virgili, Marta Serrano, con su conferencia: "Nuevas perspectivas en el estudio de la Catedral de Tarragona: promotores y espacios de memoria". Su objetivo fue ofrecer un resumen de los testimonios pétreos de epigrafía y heráldica que se conservan in situ desde el siglo XII. Así, por ejemplo, los signos heráldicos representados en cimacios del ala norte pertenecen a la familia Rocabertí -roques-, mientras que las formas de castillos que los acompañan pueden referirse al antecesor de Ramón de Rocabertí, Ramón de Castellterçol (1194-1198).

De este modo se cumplió el programa de la mañana e hicimos la pausa para almorzar. En un ambiente grato y distendido se sortearon unos libros, entre ellos el titulado "Los capiteles historiados del Claustro de la Catedral de Tarragona" de Esther Lozano y Marta Serrano, siendo la afortunada ganadora Claudia Weber.

Por la tarde, los comentarios y descripciones de los profesores se prolongaron con las visitas al Claustro, la Catedral, el Museo Diocesano y la Exedra romana. Un grupo paseaba por el recinto claustral siguiendo las explicaciones de las dos profesoras sobre los capiteles historiados, las particularidades de las imágenes y el porqué de la ubicación de cada escena, los textos que pudieron servirles de inspiración, como por ejemplo el Antiguo y el Nuevo Testamento, los Evangelios apócrifos, las fuentes patrísticas o la Legenda aurea. Mientras tanto, el otro grupo seguía el discurso vibrante e incitador de Gerardo Boto en la Capilla del Corpus Christi, antigua Sala Capitular, y que actualmente acoge una sala del Museo Diocesano y ante la portada que comunica la iglesia con el claustro. Ejecutada en su totalidad con mármol, se instaló hacia 1175 y cuando posteriormente se quisieron construir las bóvedas de crucería de los pasillos claustrales, hacia 1215, hubo que acomodarse a los límites de altura y anchura del portalón e introducir rectificaciones puntuales. Bajo las arquivoltas lisas, en el tímpano aparece la Maiestas Domini rodeada por el Tetramorfo; el capitel del parteluz está decorado por sus cuatro caras y contiene una representación de María con el Niño, asociada a una adoración de los Magos, la Natividad, a la derecha, y la Visita de los Magos a Herodes en la cara posterior, normalmente cubierta por las puertas actuales. La temática neotestamentaria continúa en un capitel del lado izquierdo, con el Sueño de los Magos, advertidos por el ángel, y en un capitel de la derecha, con la Visita de las Marías al Sepulcro. El resto de la decoración combina las composiciones vegetales, con esquemas derivados del corintio, y representaciones de animales afrontados.

Ya dentro de la Catedral, el profesor Boto nos hace un repaso de sus diferentes etapas constructivas. De una manera esquemática podemos decir que tiene una planta que sigue el esquema románico y que se prolonga en muchos elementos ornamentales románicos como las bases de las columnas, capiteles, frisos decorativos,...pero en un momento dado, supuestamente, se cambia el proyecto inicial y se decide aumentar la altura de las bóvedas del presbiterio y, por lo tanto, del crucero y de la nave central, repitiendo la imposta a cuatro metros de altura de la ya iniciada en el arranque de los arcos y la bóveda del ábside mayor. Este cambio de nivel queda patente en la existencia de la primera dovela del arranque de los dos arcos del santuario sobre la primera imposta.

Dentro del espacio del presbiterio destacamos dos elementos decorativos: el mosaico del pavimento que todavía se conserva, en opus sectile, a base de piezas de mármol y de piedra, que determinan un diseño geométrico mediante entrelazos circulares, y el frontal de altar dedicado a San Pablo y Santa Tecla, trabajado en mármol. El conjunto está presidido por el grupo de san Pablo, inscrito en una especie de mandorla, acompañado de la imagen de la paloma del Espíritu Santo y de la Mano de Dios, ante su discípula santa Tecla; los ocho registros laterales, separados por columnillas, contienen escenas de la vida de Santa Tecla, desde la predicación de san Pablo, el sometimiento a los martirios y la ascensión del alma a los cielos.

La tarde finalizó con una espectacular representación de Castells, esas torres humanas de varios pisos de altura. Delante de la fachada de la Catedral, bajo la iluminación de potentes focos, diversas actuaciones castelleras nos llenaron de emoción al observar el sentido del equilibrio y el valor de los chiquillos que suben hasta el último tramo. Nuestros amigos catalanes nos explicaron los diversos grados de dificultad del castell, el significado de la música acompañante de las gralles y el tambor para indicar la evolución del castell, el vestuario del casteller con la camisa de color diferente para cada colla castellera, el pantalón blanco y la faja negra.

Disfrutando de una agradable noche, el grupo se separó para pasear por la ciudad y cenar en algún restaurante.

El domingo, a las 10:00, inició su conferencia Marc Sureda, del Museo Episcopal de Vic, titulada "Altares y advocaciones para canónigos y laicos: los cinco ábsides de la catedral de Tarragona”. Nos explica que se pretendía adaptar el espacio interior de la Catedral a las nuevas necesidades litúrgicas y representativas de sus usuarios (principalmente los canónigos, pero también los feligreses). Así, estos espacios estaban destinados a la liturgia pública episcopal, canonical y parroquial y cada uno de ellos presidido por su propio altar a oriente. Vendría a ser como un conjunto de cinco iglesias en miniatura dentro del espacio monumental.

Tras un breve descanso, de nuevo Gerardo Boto consiguió mantener nuestra atención ante la capilla de San Pablo, en uno de los patios del Seminario. Es una humilde capilla construida durante las primeras décadas del siglo XIII como oratorio de la enfermería canonical. El edificio es de transición del románico al gótico, de planta rectangular con puerta adintelada, óculo y espadaña. Se trata de una "reliquia arquitectónica" pues con la construcción del Seminario, a finales del siglo XIX, se integró la capilla en uno de los claustros del nuevo edificio con lo cual, el primer contenedor devino en contenido, el relicario en reliquia.


Y a continuación Anabel Moreno nos habló del uso y funciones de la plaza de la Seu a lo largo de la Edad Media  y Xènia Granero de las claves de bóveda de la Catedral, con especial atención a su iconografía y su contexto espacial.

Terminó la jornada con las explicaciones de Emma Liaño ante el pórtico principal de la Catedral, enmarcado ya dentro de un ambiente gótico.

 Así concluyó este FSR. Algunos participantes se encaminaron a degustar un almuerzo de despedida, mientras otros miembros del grupo salíamos rápidamente de regreso a casa. Nos despedimos emocionados confiando en volver a vernos. No es posible finalizar esta crónica sin agradecer el enorme esfuerzo de organización, casi nunca valorado en su justa medida, realizado por Montse Rota y Rafael Mozún, así como el decidido apoyo de los diferentes conferenciantes que han participado en este monográfico sobre la Catedral de Tarragona.


Miguel Ángel Baños