Crónica Asamblea General de Socios AdR Segovia 2024

 

 

    

 Crónica Asamblea General de Socios AdR Segovia 2024 

  

La iglesia de San Juan de los Caballeros nos congregó en la tarde del viernes 12 de abril para iniciar el programa de actividades complementarias de la asamblea general ordinaria 2024 que los Amigos del Románico celebramos en Segovia.

Tras los saludos entre los Amigos y la bienvenida por parte de la presidenta, Emilio, nuestro guía, marcó el terreno en lo relativo a la visita a cada uno de los lugares de nuestro itinerario, con tiempo tanto para las pertinentes explicaciones acerca de las iglesias, las advocaciones, la cronología y las características arquitectónicas y artísticas, como para preguntas y fotografías; y nos hizo una petición, que etiquetemos Amigos del Románico en las redes sociales. Nos aconsejó que ante cualquier manifestación del románico tengamos en cuenta que la percepción guarda similitud con la de las personas. Y que lo hiciéramos con el número 3, es decir, atendiendo a lo que creemos que somos, a lo que otros creen de nosotros y, si capaces fuéramos, a lo que realmente somos; abriendo así la puerta hacia un campo de interpretación, de aproximaciones al significado, al mensaje a través de la imagen y la palabra.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

Precisamente, aquí, en la sede los nobles de Segovia, junta de nobles linajes nacida en el siglo XIII, nos atrajo, de entre los canecillos, la imagen de un burro músico. Fue así porque aceptamos la posibilidad de reflexionar al menos durante unos instantes sobre la naturaleza del ser humano, y, a la vez, sobre cómo interpretamos la iconografía, y hacerlo con el número 3; por supuesto, tratándose de animales, tendrán una connotación u otra en función de su comportamiento. El burro o asno es un animal tenido por inepto, así que ¿está ahí para avisarnos de que no caigamos en el pecado de la pereza?: para cualquier oficio y afición debemos prepararnos, y mucho si aspiramos a tocar el arpa o a un propósito semejante. ¿O nos previene de la soberbia mostrando la osadía de un animal de pocas luces?, que toca un instrumento que exige conocimientos y manos finas, un instrumento casi celestial, asociado al rey David: una vez lo hizo sonar por casualidad, pero no siempre, o nunca más, ocurrirá. Pero, ¿y si fuera una imagen admonitoria?: quien ha conseguido un logro en la vida por casualidad, debe esmerarse, nunca creer que las cosas ocurren así, sin esfuerzo. Una vez puestos en marcha, fuimos conscientes de que obras del románico han adquirido usos distintos al original. Nuestra tarde románica se ha titulado “Otros usos del románico”, y vemos tres edificios reutilizados. En 1830, la iglesia de San Juan de los Caballeros dejó de ser parroquia (edificio y barrio), cerró para fines religiosos y fue cuadra, de animales y vehículos, algo tan triste como garaje de coches fúnebres…, hasta que en 1905 la compró Daniel Zuloaga, ceramista, con el que fue a vivir su sobrino Ignacio Zuloaga, insigne pintor, y estas paredes albergaron sus talleres y vivienda.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

Callejeando, somos unos cincuenta y cinco románicos, con predominio de mediana edad, alguno algo más mayor, ninguno viejo, pues la ilusión mantiene a distancia ese pecado. Llegamos a la iglesia de San Nicolás de Bari, ¿antecedente de Santa Claus por su milagro?, ahora escuela taller de teatro del Ayuntamiento, un nuevo uso. Andando escuchamos las primeras palabras sobre el aliento del león, que según fuentes antiguas es el soplo de la divinidad para la resurrección de los humanos, motivo por el cual este félido aparece en tantos sarcófagos. En seguida, nuestros pasos nos condujeron a contemplar el exterior de la iglesia de San Quirce, del siglo XII, la torre sobre el ábside, característica del románico segoviano. A vueltas con los leones, que pueden aparecer en las ventanas y en otros lugares vulnerables del templo, para protegerlo de los malos espíritus. Escuchamos palabras sabias sobre las sirenas, y las arpías, aviso, y aquí a la sirena pudimos tocarla con la mirada, algo muy poco habitual, casi mejor así. Dejamos la ahora Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, caminando hermanados hacia la torre de San Esteban, también del XII, que, con el XIII, son los siglos de efervescencia constructiva en esta ciudad, que se llenó de andamios y de trabajadores de la piedra de todo rango y condición. Hacia las canonjías, con tiempo para admirar la posible casa de don Álvaro de Luna, la Plaza Mayor y la parroquia de San Andrés. Aquí comienzan las Canonjías, de las que quedan, en un par de calles, las portadas de medio punto de las casas construidas en el XII por esos eclesiásticos o no con cargo y prebenda en la cercana catedral. A vueltas con el 3. Estuvimos en una de las tres manifestaciones de románicos civiles más importantes del mundo, las tres en la Península Ibérica, Braganza, Estella y Segovia. Salieron a relucir los templarios y el guía nos recomendó dos títulos con marchamo científico, Los templarios de Bárbara Frale y Los templarios, guerreros de Dios de Joan Fuguet.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

En el Hotel San Antonio el Real nos fue ofrecida una cena muy agradable. Y ligera, sin que faltaran el cochinillo y el ponche segoviano.

El sábado nos bendijo, de nuevo, con cielo azul y grata temperatura. Los Amigos fuimos congregados en la iglesia de los Santos Justo y Pastor, santos niños. La presidenta dio la bienvenida a los incorporados, ya éramos más Amigos, y nuestro guía ejerció de promotor de tierras valencianas, para de inmediato mostrar su sabiduría sobre el arte segoviano, con la palabra, y sus papeles, hablándonos como un pater, de un tiempo que se marchó, que durante estas horas casi añoramos, y que recreamos con entusiasmo. La iglesia se levantó en uno de los arrabales, zona de labradores y gremios, desde luego el de los pañeros. Cada grupo de repobladores levantaba su iglesia, procurando competir, si eso era posible, pues daba sentido a sus vidas. Era el siglo XII. ¿Cómo no estaría presente la necesidad de la fe en la resurrección?, que podría ser escalonada, primero aquellos que pagaron para ser enterrados lo más cerca posible al sagrario, a donde se oficia misa y se proclama la palabra de Dios, los enterrados al lado de la cabecera, las dignidades, en los laterales, a los pies del templo, mientras restos mortales menos dignos a los ojos de los hombres que entonces mandaban eran conducidos al exterior de la iglesia y a cementerios más alejados; un mundo estamental, no muy lejano. Pudiera ser, Jesús de Nazaret al tercer día, el resto estaríamos esperando, los muertos y los vivos; quién sabe, pues Dios hecho hombre o su profeta sembró la idea de que serán los pobres en bienes materiales los primeros en el reino celestial. La historia de la vera cruz, el viaje de santa Helena (la madre del emperador Constantino I), su encuentro con el judío al que le fue transmitida de generación en generación dónde se encuentra ese madero, las dos versiones sobre la manera de reconocer la vera cruz y su capacidad de sanar. Una historia narrada en un tímpano que difícilmente se nos olvidará. Otra vez la sirena ave, normalmente situadas en los espacios débiles de las iglesias, para protegerlas. En esta ocasión pinturas a destacar, al fresco, es decir, sobre mortero húmedo: la Pasión; el Pecado Original, la vergüenza por el pecado, con ese Adán y esa Eva que ya sienten la necesidad de taparse el sexo, y tenemos tiempo para reflexionar sobre la vida presente; la Eucaristía; el martirio de los dos santos niños; el beso de Judas; El Prendimiento, no es fácil seguir el relato mirando al techo, como harían los fieles de ese tiempo; la Crucifixión en la parte baja del ábside; Cristo en majestad, en el cascarón de la bóveda, donde se ponían los sacerdotes para celebrar la misa, Cristo con un libro, con el tetramorfos, sustentando la mandorla; el Agnus Dei, el cordero místico, símbolo de redención. Otro animal, que los habitantes del medievo europeo imaginaron más que vieron, pues en las pinturas, en orden caótico, contemplamos un elefante, restos al menos, ¿representando la humildad del hombre antes del pecado original? Una gozada de pinturas, que volvieron a la luz en 1964, después de retirar el altar barroco.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

Hacia San Millán. Ermitaño, pastor y confesor. Pasamos de nuevo ante el acueducto, una suerte, recorrimos su avenida, hasta el templo. Después de la catedral, fue la obra religiosa más ambiciosa, levantada en el arrabal mayor, zona de abundantes recursos, otra vez en el XII. Fotografías a esa colección de canecillos y metopas adornadas con motivos vegetales, con muchos mensajes. Oportunidad de saber más acerca de esas galerías porticadas habituales en Castilla, espacio que las parroquias ponían a disposición de los parroquianos, para asambleas, actos judiciales, juegos y enterramiento en un lugar medianamente privilegiado. En este exterior del lugar sagrado nos esperaban dos sirenas bicaudadas, ¿se dice así?, admonitorias. Y en la planta superior el canecillo, fotografía va fotografía viene, de un hombre que con una mano se mesa la barba y con la otra se acaricia el falo. ¿Sonrisas ante el pecador? No necesariamente, cabe recordar Pompeya, pues el falo tiene simplemente una connotación positiva, pudiera ser un símbolo de protección y/o de prosperidad. A algunos no nos queda claro. Unos minutos para fotografiar y filosofar, ¿una aproximación al significado nos basta? El interior es precioso, y además cargado de simbología, el 8, no solo bienaventuranzas. Lo erótico nos atrae, ¿se ha hablado de un capitel con dos personajes montados a caballo, un caballero despidiéndose de una dama, pues acude a la guerra, sin más; o, al estar rodeados de arpías, cabe interpretar prácticas desordenadas, y cada uno que piense lo que quiera? Constato que algún Amigo piensa ya en los placeres y pecados que nos esperan en tierras altas palentinas. Para que nada nos falte, a la salida, nos detenemos en el pórtico, con una escena difícil de interpretar, aderezada, además, con una cabeza monstruosa boca abajo. ¿Cabe mayor libertad creativa?

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

Completamos la jornada acudiendo a dos iglesias. Primero, a San Clemente, donde el románico se conserva en el exterior y, en formato pictórico, en la capilla de la Paz o San Blas, aunque muy deterioradas. La galería porticada nos ofrece capiteles con motivos vegetales y a los Amigos la oportunidad de sentarse, no pocos al sol, para recuperarse del fresco del interior. Después a San Martín, en el centro de la ciudad, con galería porticada que da a la calle, y que en su origen fue concebida como San Millán. Del románico nos quedan la galería y los ábsides laterales, a alturas distintas por el desnivel de esta parte de la geografía urbana. De hecho, es la iglesia más urbana, levantada sobre una zona de tumbas romanas, en la calle real y junto al torreón de Lozoya. Dimos la vuelta por la galería porticada norte, donde la labor de los capiteles es muy reciente, por la reconstrucción o retocado realizado en la década de 1950, si bien conservan la esencia del románico, para acabar en el nártex. No estaba previsto adentrarnos en el interior, y era el tiempo de una cervecita o agua también sanadora, o de dirigirnos despacio al hotel, como casi requería el estómago. Pero al guía le daba por hablar, dijo algo de un caracol, perdón, de dos caracoles tocando un instrumento, y que, como en el caso del burro, ese molusco gasterópodo que entra en la iconografía medieval en el siglo XIV permitía distintas interpretaciones al clero más preparado, ¿lujuria, resurrección, cobardía, voracidad, pereza? Nuestro guía Historiarte nos ayudó a encontrarlos.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.

Nos gustó la comida, y más que la cena, agua fresca reconfortante, vino blanco igual de fresco, y rico, ensaladas, revuelto, cecina, foie para untar, conversaciones entre bocado y bocado, codillo al que le iba bien el tinto, un helado y nos fuimos sintiendo reconfortados. Mientras la presidenta trataba de pedir un poco de silencio, con éxito relativo, se sortearon ejemplares de un libro, ¿Qué hay detrás del románico palentino?, uno le tocó a Viqui López y el otro a otra mujer, Eloísa Colmenar, y, sin tiempo para pensar en la injusticia de no haberle tocado a mi señora, me dejé arrastrar por un profesor y poeta, un Amigo: “En el silencio roto …, mientras los gorriones juegan con la primavera…y las espumas del viento tejen caligrafías antiguas…”. Agradecimos este arte.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Óscar Negredo.

De la asamblea general ordinaria recibiremos más información. El cronista asistió esa tarde, con otros Amigos, y aprendió intríngulis de la asociación gracias a la información proporcionada por Alicia Padín, nuestra presidenta, Óscar Negredo, secretario, y Tomás Aranda, tesorero y coordinador de Madrid y Castilla La Mancha, que trabaja en el lanzamiento de cursos de Introducción al Románico con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid. Los tres tuvieron palabras de elogio para Emilio Jesús Díaz, nuestro guía en la Segovia románica y coordinador de Valencia, y los Amigos Óscar Ruiz, a quien debemos la renovación de la página web, Luis, Mikel y Augusto, quien nos ilustró sobre la revista de la Asociación; los caminantes me dijeron que la esperan con ganas, y esta vez vendrá con una alfombrilla para el ordenador, con el dibujo inspirado en el bestiario más afín. En unos meses cumplimos veinte años, más de 1000 socios, a los que hay que añadir los suscriptores. Se guardó un minuto de silencio por quienes nos han dejado.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Alicia Padin Buceta.


El domingo 14 de abril fuimos convocados en la ladera que asciende al arrabal de Zamarramala, a las puertas de una iglesia fundada en 1208 y de singular belleza, la más diferente a cuantas contemplamos estos días, sin olvidar que San Lorenzo destaca por su cabecera triple y la de la Trinidad posee algunos capiteles distintos a lo que hemos venido viendo. La de la Vera Cruz, la de la verdadera cruz, en la que, según la tradición, fue crucificado Jesús, sigue conservando un gran encanto, comenzando por su relación con tres órdenes religiosas y militares surgidas en Jerusalén, las del Santo Sepulcro, San Juan del Hospital (u Orden de Malta) y del Temple. Precisamente, siendo su fecha de consagración la de 1208, se llamó inicialmente del Santo Sepulcro, por ser estos caballeros sus fundadores, conservando ese nombre hasta la llegada del lignum crucis, madera de la cruz, donada por el papa Honorio III a los caballeros, hacia 1220. Aquí, en una de las capillas de la que fuera parroquia de Zamarramala, fue venerada la reliquia de la vera cruz, hasta que se levantó una parroquia en el interior de esta población, donde se custodia en la actualidad; también se conservan fragmentos en el monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria) y en Caravaca de la Cruz, (Murcia). Otro elemento original de la Vera Cruz es su planta dodecagonal, para emular la construcción de la anástasis (en griego resurrección, en el Gólgota), el lugar donde se conmemoraba el martirio y muerte de Cristo; dicho de otra forma, ser un ejemplo de arquitectura reliquiario. Y, ¿lo que más sorprende al visitante en su interior?, ese edículo (templete que puede servir como tabernáculo o relicario); pues del edículo central, en torno al cual gira la nave circular, puede asegurarse que es algo único en Europa, y al visitante le atrae penetrar en su parte inferior por sus cuatro accesos de arco apuntado, que coinciden con los puntos cardinales (la matemática y la magia se ensamblan, empujan a la ensoñación, a vivir el misterio) y después subir la escalera hasta su planta superior, donde los caballeros velaron armas hace casi un milenio.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Óscar Negredo.

En las enjutas de la portada encontramos los escudos de la Orden de Malta, que tiene la gestión del edificio. La iglesia tiene hoy un uso casi exclusivamente turístico, otro uso más, y así continúa teniendo vida humana, garantizando que nuevas generaciones disfruten del patrimonio. Dicho esto, por el guía, el cronista se limita a recoger lo escuchado y visto, se nos habla de los canecillos, uno especial, ¡cómo no, algo dañado!, ¡cómo no, con un burro arpista! Recordamos las tres interpretaciones, y el 3, que es un número mágico. No se le ha preguntado, pero el cronista no se resiste a pronunciarse: la esencia del pensamiento románico está en los canecillos, una enseñanza a la que se accede sin necesidad de entrar en el templo. Imágenes, cabezas que provocan, sacando la lengua, con grandes ojos, buscando atrapar a los malos espíritus y evitar que entren en la iglesia.

Amigos del Románico. Segovia. Abril de 2024. Foto de Óscar Negredo.


Muy difícil de igualar lo visto. Y sin embargo nos entusiasma el barrio mudéjar, y allí la iglesia de San Lorenzo, con o sin un refrigerio antes, dada la suerte de encontrar un bar enfrente y abierto. Románico en vena, la búsqueda del significado de las imágenes. Nuestro guía nos recuerda que el receptor puede interpretar a su libre albedrío, más que en el caso de las palabras. Ciertamente, quién pudiera estar allí, un rato, en el siglo XII y escuchar del obispo su versión de lo que las imágenes transmiten; y unos días después preguntar por lo mismo al cura del lugar. Aunque Emilio añade que hay ciclos iconográficos y que las personas a las que iban destinadas las imágenes estaban preparadas para interpretar lo que nosotros ansiamos descifrar. Estamos en el arrabal de San Lorenzo, extramuros de la ciudad, el cual conserva bastante bien su fisonomía medieval. Iglesia de una sola nave, triple cabecera absidial, galería porticada, y en el exterior de los ábsides nos fascinaron los capiteles dedicados al martirio y muerte en la parrilla de San Lorenzo, a otro santo martirizado y al sacrificio de Isaac, ejemplos relevantes de quienes según la iglesia católica siguieron el camino de Dios, hasta el final.

Terminamos este periplo segoviano visitando los exteriores de las iglesias de San Esteban, que ofrece el campanario más grande del románico segoviano, y De la Trinidad, con una cabecera y fachada occidental dignas de mención.

Un fin de semana enriquecedor para los románicos. Mucho hemos disfrutado y aprendido, no solo que nos faltan textos para interpretar las imágenes. El cronista tiene recuerdos no siempre exactos, tal vez se ha permitido ciertas licencias, también puede haberse equivocado a propósito, incluso algún caminante dirá que lo recuerda de otra forma. Gracias Amigos y Amigas del Románico. El Camino sigue.

José Luis Rodríguez

Os dejamos como colofón a la fantástica crónica de nuestro amigo Jose Luis, las impresiones de nuestro Guía, Enilio Jesús Díaz y de nuestro socio José Manuel Barrero sobre todo lo vivido en este maravilloso fin de semana segoviano. Agradecemos a los organizadores, guía, colaboradores y sobre todo, a los asistentes, la maravillosa experiencia que ha supuesto reunirnos de nuevo en torno al románico. Os animamos además a inscribiros en el próximo FSR que se celebrará en Aguilar de Campoo del de Mayo al 2 de Junio. Podéis consultar el programa completo pinchando aqui.

¡¡¡ Nos vemos en Aguilar de Campoo !!!

Comunicación Amigos del Románico