El sábado 23 de octubre se llevó a cabo la inauguración oficial de la sede social en Madrid de la Asociación de Amigos del Románico, nuestra sede social. Este atractivo local lleva alquilado varios meses y está completamente equipado, en lo que a mobiliario se refiere, desde comienzos del verano, habiendo sido ya punto de encuentro de dos reuniones de la Junta Directiva y habiendo estado abierto al uso de los socios de la asociación desde aquellas fechas. Pero la sede merecía una inauguración en toda regla y ser motivo de reunión de todos los amigos que quisieran acercarse y compartir una cena para celebrar que podemos disfrutar de esta importante infraestructura, tras haberla completado con las necesarias instalaciones de telefonía fija, ordenador, impresora y servicio de internet con WiFi, y haber recibido y expuesto en ella la colección entera de los libros de la Enciclopedia del Románico de la Fundación Santa María la Real, todos los demás libros adquiridos por la asociación y un importante cargamento inicial de los productos de publicidad diseñados para nuestra asociación y confeccionados recientemente.
Para los que no tuvieron oportunidad de ir a la Asamblea General Ordinaria de Jaca de la pasada primavera, donde se presentó ampliamente la sede, diremos aquí que las instalaciones puestas en servicio constan de tres ambientes diferenciados: la recepción, donde nuestra contratada, la señorita Katia Argüello, realiza sus trabajos administrativos y de atención al AdR, la biblioteca, amplia sala donde se encuentra la librería que alberga todas las adquisiciones de libros que ha ido realizando la asociación a lo largo de su trayectoria y que de esta forma se ponen a disposición del AdR, con una amplia mesa dispuesta para la lectura junto a la librería, donde el trabajo de investigación está facilitado también por el servicio de internet por WiFi, para los que lleven su ordenador portátil, o donde en cualquier caso el simple disfrute por la lectura tranquila, ociosa y culta sobre los diversos temas relacionados con el estudio del Arte Románico, nuestra afición, está asegurado. En esta misma sala se llevan a cabo ahora las reuniones de la Junta Directiva, haciendo económico uso de esa gran mesa de lectura de la biblioteca que para estas ocasiones se convierte en sala de reuniones. Y por último una habitación como archivo que sirve de almacén de todos los materiales importantes de la asociación, los libros y revistas de los que hay ejemplares en reserva, como los números atrasados de nuestras revistas ROMÁNICO o los ejemplares del primer libro editado por la Asociación, y los productos de publicidad elaborados (polos, llaveros, bolígrafos, agendas y bolsas). Además, disfrutamos de servicio de WC y lavabo que, aunque están fuera de la propia sede, se sitúan en una puerta lindante con ella dentro del pequeño pasillo que comparte nuestro local con los otros tres locales ubicados en ese mismo primer piso del edificio.
La inauguración comenzó a las ocho de la tarde con un pequeño aperitivo servido en la cafetería del Aparthotel “Rosales”, situado en frente del edifico que alberga la sede. Allí nos juntamos alrededor de cuarenta personas que dialogamos distendidamente mientras se hacían dos grupos para subir a visitar con comodidad y eficacia la sede, lo que se logró gracias a las generosas explicaciones de nuestro responsable de la sede social, Javier de la Fuente, y nuestro responsable de atención al AdR, José Luis Beltrán, que además es el encargado de supervisar las adquisiciones, el inventario y el mantenimiento de los libros de nuestra biblioteca. Allí, todos los presentes pudieron conocer personalmente a Katia, comprobar en el propio lugar todos los detalles mencionados y disfrutar del placer de ver todo decorado, montado y funcionando (ordenador, teléfono, internet). Y también, con la ayuda de nuestra compañera Lola Valderrama, tuvieron la oportunidad de adquirir en primicia nuestros bonitos productos de propaganda y publicidad.
Después de completar la visita a la sede, los veintitrés AdR que nos habíamos apuntado a la cena de celebración, organizada por nuestro coordinador local en Madrid, Carlos Moreno, y por Javier de la Fuente, nos dirigimos juntos -dando un agradable paseo- hasta el restaurante vasco Sidrería “Donosti”, cercano al Parque del Templo de Debod. Allí, en un ambiente cordial y festivo, dimos cumplida cuenta, durante más de dos horas, de un exquisito menú a base de viandas típicas de la gastronomía vasca (anchoas, chistorras, cocochas, carnes rojas), regadas con sidras y vinos de la tierra. Una cena espléndida a la altura de la categoría de los comensales y de la ocasión. Tras la cena llegó una grata sobremesa prolongada largo rato, incluso de pie a la salida en la acera del restaurante. Finalmente nos despedimos unos de otros con la alegría de haber cumplido una meta muy especial en el programa de la actual Junta Directiva: poner en funcionamiento la Sede Social de la Asociación en Madrid y celebrarlo como merecía la ocasión.
Recientemente, algunos AdR que han visitado nuestra sede, tras su inauguración, han hablado sobre ella en nuestro foro como un sitio acogedor y propicio para organizar encuentros lúdicos entre los socios para el estudio del Románico y el fomento de la amistad, que son justo los dos fines principales de nuestra asociación. Y te animamos especialmente a ello ahora que se acercan las vacaciones por las fiestas Navideñas y la meteorología del periodo estival invita a realizar actividades en locales interiores donde uno se siente más confortable. ¡Y de paso poder adquirir algún regalo para los amigos y familiares!
La Sede Social de la Asociación se encuentra en una espléndida zona de Madrid (Argüelles), muy cerca del centro comercial de Princesa, en la Calle Marqués de Urquijo, número 24, piso Primero, letra “E”. Por ello está magníficamente comunicado a través de los siguientes medios de transporte público: metro “Argüelles” (Líneas 3, 4 y 6). Y autobuses urbanos (líneas 1, 2, 21, 44, 74, 202 y CIRCULAR). Su teléfono de atención al público es el 915597058 y la persona que atiende, como ya hemos dicho, se llama Katia
Por José Enrique Guardia de la Mora