Para el Fin de Semana Románico nos reunimos 47 amigos el jueves 5 de junio en el punto de encuentro, el Hotel Santana de Vila do Conde, a 27 km al norte de Oporto, que sería nuestra base de salida para recorrer todos los puntos del itinerario propuesto en el programa

Para llegar allí se había preparado un autobús que salió esa tarde de Villagarcía de Arosa, parando en los aeropuertos de Vigo y Oporto, para recoger a viajeros antes de llegar al hotel. Los demás, en coche particular o tren, llegando desde sitios tan lejanos como Canarias.

En realidad, el hotel está en la freguesía de Azurara del municipio de Vila do Conde, desde donde se puede acceder fácilmente andando a su bonito centro histórico. Antigua ciudad de astilleros y activo puerto pesquero por donde pasa el Camino Portugués de la Costa que conduce a Santiago de Compostela. Sobre todo, destaca por la mole imponente del Convento de Santa Clara, Monumento Nacional del siglo XIV con fachada del XVIII, que domina toda la ciudad desde su mirador privilegiado. Desde el propio hotel, en la orilla opuesta del río Ave, se pueden apreciar sus principales características. También puede visitarse la Nao tipo carraca (s. XV) reconstruida fondeada en el puerto, la Capilla del Socorro (s. XVII) con su distintiva cúpula blanca semicircular, su Iglesia Matriz (s. XVI) y, al oeste de la localidad, una gran extensión de playas que la sitúan también en lugar de veraneo cuando las temperaturas acompañan. La cena, después de los saludos de rigor, en mesas redondas de 10 comensales, sobre las 20:30 hora portuguesa.


Viernes 6 de junio:

Después del desayuno en el hotel a partir de las 7:30, salimos en el autocar conducido por Jesús, que tendrá un protagonismo destacado del viaje como veremos más adelante. Una vez puestos en marcha, Augusto, nuestro Coordinador de Galicia y Portugal y alma de este FSR, nos empieza a ilustrar con algunas características del Románico portugués que nos van a acompañar a lo largo de las jornadas. Vamos a referirnos a la comarca histórica de Entre-Douro y Minho, que está delimitada al norte por el río Miño, al sur por el río Duero y al este por el río Támega. Y como focos culturales principales, entre Tui, con influencias del Valle del Miño y río Limia y Braga, como gran centro eclesiástico de Portugal y contrapoder de Santiago de Compostela en la Edad Media.

Como fechas claves, 1139, cuando Alfonso Enríquez, de la casa de Borgoña, que era vasallo de su primo Alfonso VII de Castilla, vence en Ourique a los almorávides, y se proclama rey poco después. En 1179 el papa Alejandro III reconoce su soberanía y concede a Portugal el Estatuto de Reino. La arquitectura románica se extiende a lo largo del reino siguiendo la expansión de las órdenes monásticas y el Camino de Santiago, principalmente en el Norte, y según se van reconquistando territorios en poder de los musulmanes. Con la toma de todo el Algarve, en 1249 comienza el principio del fin de la arquitectura románica en Portugal. Lisboa sería consagrada su capital en 1256.

De camino a la primera iglesia, con lluvia no muy fuerte, se ven petos (pequeños monumentos de culto a las ánimas) en la carretera, tan similares a los gallegos. La Iglesia de São Pedro de Rubiães (Paredes de Coura), en pleno Camino de Santiago portugués, dependía hasta 1381-1382 de la catedral de Tui, momento en que pasará a depender de Braga. Augusto nos comenta que la pequeña iglesia perteneció a un monasterio rural de fundación familiar, probablemente de 1257, con influencia del románico gallego. En el siglo XVII se la adosó en su lado norte una torre campanario cuadrangular. En su portada románica tardía aparecen estatuas columnas, raras en el románico portugués, aunque tendremos la oportunidad de ver otras en Bravães, esta misma tarde. Aparece en la de la izquierda probablemente el arcángel Gabriel, con pelo largo y barbado y a la derecha (otras veces se ha querido ver a San Juan Bautista, como en Bravães), la Virgen, con las manos levantadas, de talla tosca, con el inconveniente adicional como veremos a lo largo de estas jornadas del material utilizado, el granito, lo que las hace muy desgastadas por el transcurso del tiempo.

Los capiteles, voluminosos, con temática vegetal y zoomórfica. El dintel lleva la inscripción "MCCVC", presunta fecha de construcción, que equivale al año 1257. En el tímpano, copia del original, Cristo en Majestad dentro de una mandorla y dos rosetas, una a cada lado. Entre los canecillos, destacan aquéllos relacionados con la obtención del vino, con barriles, etc. y de cabezas de animales. En lo alto de las dos esquinas del ábside rectangular, un modillón en cada lado con cabeza de animal, probablemente, bóvidos, donde se aprecia claramente la longitud del mismo, que permite soportar mejor el alero.

 En el interior, austero, una sola nave rectangular, que en el siglo XVI se recreció, siendo la época de donde son las pinturas murales ahora visibles. La techumbre es de madera. La ventana central del ábside está decorada con dos columnas y el capitel de la izquierda representa una serpiente.


Nos dirigimos ahora a la que será la segunda iglesia del día, la del Salvador de Ganfei (Valença) y aquí nos empezamos a dar cuenta la clase de conductor que tenemos. Lloviendo, con algunos tramos tan estrechos que hasta un coche normal tendría dificultades para avanzar, nos encontramos con un autocar de más de 50 plazas...y llegamos, gracias a la pericia de Jesús. La freguesía de Ganfei perteneciente al municipio de Valença, está muy cerca del Miño y como la anterior, pertenecía a la diócesis de Tui antes de pasar a la de Braga.

 En el monasterio nos esperaba el padre Gonçalo para hacernos, en portugués, un breve resumen de su historia, que Augusto nos traducía después. San Salvador de Ganfei se remonta probablemente al siglo VII, siendo construido por San Martinho Dumiense o por San Fructuoso, siendo destruido por las fuerzas de Almanzor en el año 1000. El caballero francés Ganfei, lo reconstruyó en el 1080, siendo posteriormente considerado santo. También está estrechamente relacionado con San Teotonio en el siglo XII, que naciendo en el término de Ganfei llegó a fundar la Congregación de Canónigos Regulares de la Santa Cruz. Todo este entorno hizo del monasterio un prestigioso centro de culto benedictino con rango de patronazgo real. Posteriores reformas llevaron a construir la iglesia con fábrica románica de tres naves (poco habitual en el románico de esta zona) y cuatro tramos en el siglo XII, habiendo sufrido grandes modificaciones durante los siglos XVI, XVIII y XIX.

Se conservan dos absidiolos románicos, de los que el situado al norte no puede observarse al estar embutido en dependencias monásticas. En el interior, las naves están separadas por pilares rectangulares con arcos de descarga sobre columnas con capiteles figurativos y vegetales con influencias de Tui. Pero la búsqueda de al menos uno de los capiteles se resistió, el de la lucha entre un centauro sagitario y una arpía, que incluso Gonçalo nos enseñó en fotografía de una revista. Otro año será...

Cuando salimos, arreciaba la lluvia, pero debíamos llegar al Monasterio de Sanfins de Friestas (Valença) que estaba a pocos kilómetros. Hay una explanada para dejar el autocar, donde a modo de mirador, también los antiguos monjes podrían contemplar la belleza del Valle del Miño. Desde allí hay que bajar andando por un camino hasta llegar a los terrenos monásticos donde surge la iglesia románica. Para los andarines, existe un tramo de un GR que transcurre desde Ganfei a Sanfins, por entre la espesa vegetación del bosque.

Parece ser que ya en el 604 llegaría a establecerse una pequeña comunidad monástica en el lugar con origen eremítico. Se pueden observar las murallas del recinto monástico, el acueducto y los edificios que pertenecían al monasterio. Está atestiguada la presencia de la orden benedictina en 1134 y la Iglesia de São Fins, perteneciente al románico del Alto Miño e influenciada por los patrones de la catedral de Tui se levantó en la segunda mitad del siglo XII, prolongándose su construcción hasta principios del XIII.

A la plataforma de su iglesia, de una sola nave que sorprende por su altura se accede por una escalinata. En el interior, arco triunfal y presbiterio de dos tramos, recto el primero, con ventanas a ambos lados y terminando en ábside semicircular con ventana en el eje, donde se concentra la decoración más importante, con capiteles vegetales y figurativos. A la iglesia puede accederse por tres portadas, la occidental y principal, con dos arquivoltas asentadas sobre imposta y dos pares de columnas, apareciendo cabecitas humanas y de simios. El tímpano, tiene grabado una serpiente sobre motivos geométricos, probablemente con sentido apotropaico. Las otras dos puertas laterales, al norte y al sur, disponen de tímpano liso y dos mochetas en cada una con cabezas amenazadoras de animales fantásticos que parecen leones. Coronando estas fachadas, canecillos donde predominan temas humanos y zoomórficos, que llegan también hasta el ábside, donde se observan cuatro columnas adosadas con capiteles decorados.

Fue opinión general que esta tercera visita de la mañana iba a ser considerada como la joya del día. Románico en estado puro, paisajes, naturaleza, ruinas "románticas" de estancias monásticas del siglo XVIII, entre la espesura del bosque, verdín agarrado a sus piedras centenarias, calidad patrimonial... y por qué no, la lluvia, que ayudó también a hacer de este recinto un lugar especial al que habrá que volver otras veces.

Pero si queríamos comer, y seguir con nuestros objetivos no podíamos dilatarnos mucho. Nos esperaban en el Restaurante O Lavrador de la freguesía de Campos, en Vila Nova de Cerveira. Aparte de los entremeses, como platos principales, un reconfortante Caldo Verde y Frango grelhado. Y después de los postres, un chupito "a voluntad" de una especie de orujo portugués en una botella gigante con una escalera de madera dentro, que después de unas risas, nos puso a tono para continuar las visitas.


La Iglesia de Sao Joao en Longos Vales (Monção) formaba parte de un antiguo monasterio de los Canónigos Regulares de San Agustín. Data de finales del XII y, como casi todas las de la zona, también tiene influencias gallegas de la Catedral de Tui. Aunque reformada en el XVII conserva una de las cabeceras románicos más interesantes de Portugal, con la de Sanfins, también de doble tramo, recto y semicircular y como aquélla, con columnas adosadas y capitales de temáticas similares y arco triunfal, aquí de triple arco. En el fuste de la columna derecha que da entrada al presbiterio, un San Pedro con dos llaves colgadas sobre el pecho y en uno de los capiteles a la izquierda, un centauro-sagitario con su arco (roto) disparando a una arpía. En alguna basa, representaciones que hacen pensar que la columna, como representación de la Iglesia triunfante que aplasta al pecado, el bien sobre el mal. En el exterior, ábside con semicolumnas adosadas y ventana decorada, con dos columnas con capiteles historiados y canecillos donde se destaca un saltimbanqui y un hombre mostrando sus partes. Después de la visita, una de foto grupal a cargo de Ángel y hay que darse prisa pues llegamos tarde a la siguiente parada, que nos están esperando.

Iglesia de Sao Salvador en Paderne (Melgaço). Como la iglesia está cerrada, Augusto nos da sus expertas explicaciones por fuera, y después de hacer las fotos correspondientes, cuando ya nos íbamos, aparece el padre, al que, nobleza obliga, nos debemos disculpar por llegar tarde a su cita. De esa manera, podemos admirar esta iglesia, consagrada en 1264 según inscripción en piedra en la fachada principal. De planta de cruz latina, exteriormente, destaca por tener dos portadas a occidente, pero es que a través de sus transformaciones posteriores, es el crucero antiguo el que actúa como capilla y por eso la existencia de esa segunda portada. La principal, con cinco arquivoltas decoradas con motivos florales sobre 3+3 columnas con capiteles vegetales.

Pertenecía, en su origen, a un antigua comunidad monástica de mujeres, mediante la fundación, no habitual, de una mujer llamada Paterna, de ahí el nombre de Paderne. Después pasaría a ser comunidad dúplice donde se retirarían familias, compuestas de hombres y mujeres y, finalmente, pasó a ser una comunidad agustina. En su interior, muy transformado, existe un único capitel historiado en el interior, de estilo más primitivo a la datación de la iglesia que representa la bajada de Cristo al Limbo, donde rescata a un hombre de las fauces de un ser monstruoso. Nos vamos hacia la freguesía de Vila, en Melgaço.

Aunque llegamos tarde, está abierta para nosotros la Capilla de Nossa Senhora da Orada, de mediados del XIII es un templo de peregrinación del Camino de Santiago portugués que dependía de la importante Abadía de Filaes. Se dispone en una sola nave y ábside cuadrado. Su interior, muy sencillo, con cubierta de madera. Sin embargo, hay que advertir que en medio de la nave, hay un escalón "traicionero" donde se cayeron, aunque sin consecuencias, dos amigos viajeros.

La portada principal tiene tres arquivoltas, decorada la exterior con conchas de peregrino y animales como escorpiones o serpientes. La norte, apoyado en dos mochetas figurativas, dispone un tímpano donde se representa el Árbol de la Vida, flanqueado por un león y a una sirena alada con cola de dragón. Augusto nos explicó que era un concepto islámico y cristiano al tiempo. Con dos animales cualesquiera a cada lado es una representación frecuente en el mundo musulmán, pero como vemos, funciona en ambos mundos. Por último una serie de canecillos que rodea la capilla con representaciones de músicos, dama velada, personaje leyendo, zorro con torta, tonel, etc.

A la última iglesia del día, a la que llegamos tarde sobre el horario previsto, ya solo podremos verla desde el exterior. Se trata de la Iglesia de Sao Salvador de Bravaes (Ponte da Barca), de una sola nave y ábside rectangular, que está considerada una de las más importantes del románico portugués. El monasterio benedictino al que pertenecía la iglesia fue fundado en 1080, acometiendo la construcción románica los agustinos hacia 1187. Probablemente en la primera mitad del XIII se finalizaría la portada principal, la más "barroca" del templo, diseñada como "Puerta de Salvación", constituida por un tímpano esculpido, sobre dos ménsulas de bovinos, que representa una Maiestas Domini, donde a modo de mandorla, más bien son dos toros voluminosos que portan supuestamente dos ángeles vestidos rústicamente, con vestido que se abre, aportando movimiento. En realidad es una copia del siglo XIX que sustituyó al original. La puerta está formada por un arco de medio punto con moldura más cuatro arquivoltas que continúan a lo largo del fuste de cuatro columnas, que es una solución muy original. Hay aves en la primera arquivolta, animales en la segunda, que continúan por el fuste, personajes en la tercera, que se consideran un apostolado, uno de ellos, Santiago, por llevar palo y bordón y teniendo en cuenta que forma parte del Camino de Santiago portugués. Al igual que en Rubiaes una Anunciación entre sus estatuas columnas. En la cuarta arquivolta, un sogueado y un taqueado en la quinta. Debido a su gran densidad decorativa hay sitio para motivos ya vistos en Tui como pájaros picando o serpientes o el bracarense motivo del corazón invertido en el guardapolvos.

La portada sur es muy sencilla, tiene tres arquivoltas apuntadas geométricas y un tímpano con Agnus Dei que descansa sobre mochetas de cabezas de leones. La portada norte con dos arquivoltas apuntadas asentadas sobre el muro y un tímpano con motivo cruciforme formado por círculos entrelazados, flanqueado por dos cuadrúpedos. Hay que darse prisa, de nuevo, foto de grupo y al autocar, pues la cena en el hotel se ha tenido que retrasar a las 21:30 y casi no llegamos. Pero sí llegamos, 13 horas después de haber salido del hotel, cansados pero contentos.

Sábado 7 de junio

Al grupo se han unido dos nuevos componentes, Cristina y Joaquim. Joaquim Costa es un AdR portugués, enamorado y experto del románico, sobre todo de la denominada Rota do Românico do Vale do Sousa. Hoy y mañana, nos guiará y explicará lo que sea necesario, junto a Augusto, que además hará de traductor. Braga nos espera.

La Catedral de Braga, la sede del arzobispado más antiguo de Portugal, tuvo gran influencia en el románico portugués, entre Coimbra y la región del Támega. El edificio actual comenzaría a construirse a finales del siglo XI, concibiéndose del tipo de peregrinación, con tres naves, transepto y deambulatorio, para competir con Santiago de Compostela. Sin embargo, apenas se conservan algunos capiteles y un absidiolo, que se pueden ver hoy en el claustro de San Amaro. De los capiteles, temática vegetal y sobre la cesta, decorada por volutas, los corazones invertidos, modelo típico bracarense que extenderá su influencia entre los ríos Miño y Duero, como ya vimos algunos ejemplos en el día de ayer. Muy transformada en su conjunto, del siglo XII , con cánones cluniacenses, apenas quedan restos románicos como las dos arquivoltas de la primitiva portada principal, con escenas del Romance del Zorro, y la portada sur, denominada Puerta del Sol. Para los que vayan otro día: no dejan hacer fotos dentro del edificio, el único lugar que durante estas jornadas lo prohibió y pusieron empeño en que se cumpliese.


Después de la visita, Augusto da la sorpresa del día para regalarnos una visita no prevista, pero que por encontrarse en un barrio al noroeste de Braga, sería imperdonable no pasar a verla. La Capilla de Sao Frutuoso de Montélios, edificada en la segunda mitad del siglo VII a iniciativa del propio obispo de Braga, San Fructuoso. Parcialmente destruida por los árabes, fue reconstruida en el siglo XI. De pequeñas dimensiones, esta joya suevo-visigótica está inspirada en mausoleos bizantinos. Su planta, en cruz griega, tiene cada brazo una forma exterior cuadrada, aunque interiormente, tres de ellos terminan en ábside de planta de herradura. Los brazos se unen en el transepto, comunicados mediante tres arcos de herradura, el central más grande y capiteles de tipo corintio. En el centro, cúpula sobre pechinas construida con ladrillos y en los brazos, excepto el de entrada, que se cubre con bóveda de cañón, también cúpulas. La decoración exterior con frontones triangulares y arquería ciega alterna triángulos y arcos de medio punto sobre zócalo de tipo clásico y un estrecho friso con sogueado en alabastro trabajado a trépano. Un arcosolio al norte, muestra el lugar que se preparó su fundador para depositar sus restos. Nos dirigimos a continuación a Areias de Vilar.

Una recomendación y no quiero decir más, muy cerca, se encuentra el Monasterio de Tibaes, antigua casa madre de los benedictinos. No es románico, pero ya nos diréis si las dependencias monásticas y los jardines merecen la pena.


En el Convento de Vilar de Frades nos recibe un guía local que comenta que aún hoy día está abierto para servir a la comunidad y explica que fue fundación benedictina en el 566 y se reedifica en 1070 después de haberlo destruido los árabes. A principios del siglo XV, hay noticias del abandono del espacio monástico, fruto de una crisis moral, por lo que es ocupado por los Canónigos Seculares de San Jorge, dando inicio a la Congregación de los Canónigos Seculares de San Juan Evangelista, también conocidos como los Lóios. De románico, sólo se conserva la portada de entrada al convento que fue trasladada a la ubicación actual al extinguirse las órdenes monásticas. Se compone de tres arquivoltas, las dos interiores, de entrelazos y de animales son propiamente románicas, mientras que la exterior con motivos fantásticos y figuras humanas es neorrománica del siglo XIX. Independientemente, la iglesia tiene un magnífico portal manuelino y una compleja bóveda nervada que cubre la nave, donde también pueden admirarse gran azulejería de los siglos XVII y XVIII.

La Iglesia de Santa María Maior de Manhente era parte del antiguo Monasterio de Sao Martinho. Existe una inscripción epigráfica de 1117 donde se identifica al arquitecto como "Gundisalvus magister". La iglesia, de una sola nave, destaca por su portada románica con cuatro arquivoltas decoradas con motivos geométricos que se apoyan en impostas que se prolongan por la fachada, decoradas con palmetas invertidas de influencia bracarense, que a su vez se apoya sobre tres columnas con capiteles vegetales con predominio de volutas. Al lado de la iglesia, una torre privada de planta cuadrangular gótica, de ámbito civil y militar, que permitía la defensa de una familia que además les servía de símbolo de poder para mostrarlo tanto sobre la iglesia como sobre el territorio circundante. Adicionalmente, se han encontrado elementos prerrománicos como sillares reutilizados con motivos geométricos o una cruz patada.

Nos dirigimos ahora hacia Várzea donde nos esperan a comer en el Restaurante Manjar das Estrelas, cuyo menú está compuesto por aperitivos fríos (¡y tan fríos!), sopa de verduras, carne asada con patatas y guarnición de arroz y ensalada, todo regado con Vinho Verde. Como anécdota, algo que no habíamos visto anteriormente, por lo menos los reunidos en mi mesa: Nos dejan una cesta para que dejemos propina...En la sobremesa, se le obsequia a Joaquim un puntero laser AdR. Es un lujo que nos acompañe y nos complemente determinados entresijos históricos.

Se hace un pequeño cambio en el orden de las visitas previstas y empezamos por la Iglesia de Sao Pedro en Rates. Joaquim considera la visita especialmente importante no sólo por motivos artísticos, sino también históricos y nos cuenta que, según la tradición, Pedro de Rates, sería un mítico obispo de Braga que habría sido convertido al cristianismo por el propio apóstol Santiago, para después fundar una pequeña comunidad religiosa en el lugar. En el siglo IX ya existía un edificio prerrománico de tradición asturiana, atestiguándose a mediados del XI una comunidad religiosa que en 1100 se renueva como monasterio benedictino y se construye la iglesia por orden de D Henrique y Dª Teresa, padres del futuro rey de Portugal. Su construcción medieval se fue prolongando durante más de un siglo, de ahí sus diferentes soluciones. La fecha de 1613, grabada en la fachada representa el año de una gran reforma por la que se amplía el presbiterio, que en 1716 se recubre de azulejos y más tarde, se sustituye el rosetón por una ventana rectangular. Se hacen diversas actuaciones y reformas hasta llegar a la década de 1930 en que la iglesia está muy arruinada. En esa época del presidente Salazar y el Estado Nuevo, se establece que hay que volver al Románico, considerándolo como el arte nacional por excelencia, el arte con el que nació el reino de Portugal. Hay que poner en valor los edificios históricos, hay que restaurarlos y, a la luz de las teorías de la época, se deberían eliminar todos los elementos que no se ajustasen al estilo original. Si es necesario, se manipula o recrea lo que haya que recrear para amoldarlo a los intereses nacionales. De esta manera y hasta 1941, en que terminan las obras, la iglesia de Sao Pedro se ve despojada de lo "accesorio", la gran remodelación del siglo XVII o se demuele el presbiterio del XVIII y al tiempo se reconstruye el supuesto presbiterio original basándose en los restos del primitivo, el absidiolo norte, el rosetón, etc.

Lo que vemos hoy día de la iglesia es su planta basilical de tres naves, cuatro tramos desiguales con columnas adosados a pilares, falso transepto y tres ábsides semicirculares. En el presbiterio se encuentran los capiteles más antiguos, con representaciones de personajes o aves simétricas que recuerdan a motivos borgoñones. La portada occidental dispone de un tímpano, muy deteriorado, con un Cristo Pantocrátor con una figura nimbada a cada lado. Por detrás, en el interior, otro tímpano, lo que no suele ser muy habitual. Por su parte inferior, dos serpientes entrelazadas. Hay cinco arquivoltas y en las dos interiores, de arista están representados apóstoles y ángeles de inspiración visigótica. Se apoyan sobre 5 columnas a cada lado con capiteles figurativos como serpientes, hombres repeliendo animales, sirenas, mascaras, y otros. En la fachada principal destaca también un rosetón que está caracterizado por estar realizado por una sola losa que se ha perforado. La portada sur tiene dos arquivoltas que descansan sobre cuatro columnas con capiteles geométricos y vegetales y un tímpano con un bajorrelieve del Agnus Dei y también en su parte inferior, dos serpientes. A tiro de piedra, se pueden visitar unas instalaciones museográficas donde se puede conocer de primera mano las vicisitudes por las que ha pasado la iglesia, con esculturas, planos o fotografías, que nadie debería dejar de ver.


Nos dirigimos ahora hacia la Iglesia de Sao Cristovao en Rio Mau, que pertenecía a un monasterio de cuya existencia ya hay constancia en 1103. De la iglesia propiamente dicha se conserva el comienzo de su construcción en 1151 en una inscripción conmemorativa en el interior del ábside. Una sola nave con cubierta de madera con ábside rectangular. De destacar los capiteles interiores, de inspiración gallega, entre ellos uno que representa a juglares con diferentes instrumentos musicales. La portada principal dispone un tímpano donde se ha querido ver la escena en que un obispo en actitud de bendecir realiza la consagración del templo, flanqueado por dos diáconos y los símbolos del sol y la luna. También aquí hay un tímpano doble, encontrándose por atrás en el interior, la representación de un Agnus Dei. De las cinco arquivoltas, las tres interiores descansan sobre columnas con capiteles fitomorfos y zoomorfos. La portada norte tiene un tímpano esculpido con un grifo y un dragón enfrentados, probable simbolismo de la lucha de Cristo contra Satanás. En uno de los capiteles de las columnas que soportan las arquivoltas hay una representación de un centauro-sagitario presto a disparar una flecha.


Ahora nos dirigimos hacia la Catedral de Oporto (Sé do Porto). Siguiendo las indicaciones de Jesús, nos debemos bajar muy rápido del autocar pues pueden multarnos y 45 minutos después, estar prestos para subir. Así lo hacemos. Antes de la catedral, existen noticias de un templo prerrománico de finales del siglo VI, y en el siglo XI se construirá una primera Sé al sur de la actual hasta que en 1113-1114, el obispo Hugo, procedente de Santiago de Compostela, después de una serie de vicisitudes, restablece el obispado en Oporto y comienza a construir la nueva catedral., teniendo muchas interrupciones, prolongándose hasta inicios del siglo XIII. El proyecto incluía transepto, cabecera triple y deambulatorio con capillas radiales, como una iglesia del tipo de peregrinación.

A lo largo de su historia ha recibido muchas modificaciones, que al contrario de otros casos, no fueron eliminados en la década de 1940. De románico se conservan la fachada con las torres, que le dan un aspecto de iglesia-fortaleza, el almenado del cuerpo central, parte del transepto y el rosetón, que data ya del siglo XIII. En  el interior, tres naves divididas en 5 tramos, con el central y el crucero, de mayor altura, cubiertas por bóvedas apuntadas que señalan ya el gótico, reforzadas por arcos torales. La cabecera en la actualidad es rectangular.

Después de subir al autocar, nos dirigimos a Cedofeita un barrio de Oporto, donde se encuentra la Iglesia de Sao Martinho, la última del día por visitar, aunque solo sea por su exterior. La tradición apunta a la existencia de una comunidad monástica en el siglo VI. El documento más antiguo donde se menciona la iglesia es de 1087, cuando fue consagrada pero se han encontrado restos de finales del IX y X. La construcción actual es de finales del siglo XII, de una sola nave con dos cuerpos yuxtapuestos y cabecera plana con tres portadas. La principal con tímpano que presenta una inscripción de 1767 y tres arquivoltas que apoyan en tres columnas en cada lado con capiteles decorados en pares de aves u otros animales. En la portada sur las arquivoltas descansan en dos columnas a cada lado con capiteles vegetales y de aves. Por último, la portada norte, apuntada, dispone de 2 columnas a cada lado cuyos capiteles representan a la izquierda aves y leones enfrentados y en la derecha, aves enfrentadas y un buey llevando a una mujer con su boca, que simbolizaría la muerte aprisionando a una alma pecadora. El tímpano tiene un Agnus Dei. Tanto los motivos de los capiteles como el tímpano tienen una referencia clara de la escuela de Coimbra, son muy diferentes a los vistos por la mañana, más sencillos y casi sin volumen. Es de resaltar que en todos los capiteles, existe una idea de dualidad y de simetría, excepto en el del buey y la mujer, que sólo sigue la dualidad.

 Ya de vuelta hacia el hotel para la cena, Joaquim y Augusto nos informan que en lugar de tener dos visitas para mañana, nos iban a regalar una tercera, en Cabeça Santa (Penafiel). Como esta cena iba a ser la última en que estaríamos todos reunidos, pues mañana muchos no nos íbamos a quedar a comer, se hiso el habitual sorteo de regalos, siendo esta vez proporcionados por Joaquim. Un libro de la Rota do Românico do Vale do Sousa y otros dos más pequeños de los mismos editores. Para los que al día siguiente no iban a regresar al hotel irían en coche particular a las visitas. Otra anécdota es que cuando vas de Románico rural, es fácil que no encuentres bien la ruta por la dificultad de que muchas localizaciones no están especificadas ni en los mapas ni en los GPS's de turno. No hay problema. Para los que van con su coche, Jesús nos facilitó las coordenadas de las iglesias a visitar, que previamente las había estudiado por internet, como un trabajo profesional para anticiparse a posibles equivocaciones o la posibilidad de tomar la mejor ruta para un autobús de más de 50 plazas.

Domingo 8 de junio

Llegamos sin contratiempos a Cete para ver por el exterior la Iglesia del antiguo Monasterio de Sao Pedro, cuyos orígenes se remontan, según la documentación existente al año 924 y dando fe en 985 de una basílica dedicada a San Pedro por monjes benedictinos. La iglesia, de una sola nave, como se aprecia hoy día es fundamentalmente gótica de finales del XIII y primer cuarto del XIV cuando se hicieron profundas transformaciones sobre la primitiva románica de la segunda mitad del XII, de la que quedan visibles la portada del claustro, la parte inferior de los muros de casi toda la nave y unas arcadas ciegas en la cabecera. Por lo demás, ya en gótico, destaca su portada apuntada con cuatro arquivoltas que se asientan sobre tres columnas con capiteles de temática vegetal, aunque en uno de ellos aparece una cabeza. Encima, un rosetón, también gótico y, adosada a la fachada principal, una torre cuadrada almenada con gárgolas zoomórficas, que como vimos en Mahente, permite a los monjes, en este caso, que se visualice su poder sobre el territorio circundante. También aquí entró a saco la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales salazarista para retirar todo lo que no fuese románico, o al menos, medieval. Eran los monumentos de la Patria, o relacionados con la creación de la Patria, para lo cual se hacían las intervenciones que hiciesen falta, cuasi inventando creativamente si fuese necesario.

Nos dirigimos ahora hacia Cabeça Santa, donde nos espera la Iglesia del Salvador, pero como están en un bautizo, aprovechamos para hacer fotos por el exterior hasta que salgan. Aunque parece hubo una iglesia primitiva del X-XI, la actual se edificó en el segundo cuarto del XIII y por la similitud existente, especialmente en motivos decorativos, se piensa que ha seguido los pasos de la Iglesia de Sao Martinho de Cedofeita. La portada principal, un poco apuntada, tiene un tímpano liso que descansa sobre mochetas de cabezas de bueyes y dos arquivoltas sobre columnas con fuste liso y capiteles decorados con aves afrontadas y en otro, un personaje que es comido por un animal, que podría ser un oso, y que recuerda a otro capitel que ya vimos en Cedofeita, con el significado de estar el alma aprisionada por el pecado. En la portada sur, destacan un capitel con dos dragones con cuerpo de ave que intentan morder a otros animales, muy parecido a uno de Cedofeita y otro con un acróbata con su cuerpo arqueado. Es de notar que en el interior de la iglesia se ha conservado una capilla barroca, la del Santísimo Sacramento, con azulejos, que pasó a ser de Nuestra Señora del Rosario. Esta vez el pueblo parece que impidió su destrucción.

Cuando llegamos a Travanca, todavía queda en medio de la carretera, a modo de alfombra, los restos de una decoración floral, que cuando preguntamos, nos enteramos que se había hecho en honor de la Virgen del Carmen. La Iglesia de Sao Salvador pertenecía al monasterio benedictino que fue fundado en el siglo XI por el noble asturiano Gastón Moniz. Una iglesia primitiva se edificaría en la segunda mitad del siglo XII que sería la anterior a la ya propiamente románica, de la segunda mitad del siglo XIII. La torre almenada, del siglo XIV tiene planta cuadrada y está exenta pero próxima, pues en tiempos tuvo un pasadizo volado a la iglesia. Las dependencias monacales se levantan al sur. La iglesia tiene tres naves, la central más elevada, con cabecera formada por ábside rectangular y absidiolos semicirculares. La portada principal tiene tímpano liso apoyado en dos mochetas con cabeza de bóvidos y cuatro arquivoltas de toro que descansan sobre cuatro pares de columnas con capiteles donde pueden verse aves con cuellos entrelazados, serpientes, figuras humanas y monstruos que tragan hombres desnudos. La portada norte, apuntada con tres arquivoltas lisas que apoyan sobre tres pares de columnas con capiteles con representaciones de serpientes luchando con cuadrúpedos, aves con cuellos entrelazados o, sirenas. La torre, aunque con estructura gótica, aporta a su portada apuntada, un gusto románico. Se abre hacia el este y tiene dos arquivoltas decoradas que se insertan directamente en el muro. Se representan animales enfrentados en la exterior, junto a una sirena barbuda en el salmer izquierdo y, la interior, las llamadas cabezas picudas que siguen un modelo frecuente en la región. Por último, un tímpano con el Agnus Dei levantando una cruz patada.

 En su interior, una vez despojados todos los elementos extraños a su ser medieval en la década de 1930, excepto el presbiterio que fue alargado en el siglo XVII, presenta cuatro tramos, con arcos formeros. Entre los capiteles de sus columnas destacan los figurativos, entre ellos, el de sirenas de doble cola o el de Daniel en la cueva de los leones. Las basas de las columnas también llevan representaciones de animales. Por último, y con la resonancia propia de un edificio medieval, y después de la vista, el oído musical, y allí estaba Richard, vestido de monje para hacernos revivir el Canto Gregoriano de la época.

 Después de esta última visita, las despedidas, los agradecimientos a la organización, a los amigos, los ya nos veremos...Por nuestra parte, pensamos que ha sido un viaje inolvidable y que esperamos volver a compartir otro parecido con todos los asistentes. Siento que la crónica haya quedado un poco larga, pero es que han sido 18 iglesias las visitadas además de dependencias monacales, torres, etc.

 Gracias a todos.

 Rafael Mozún