Con muy buena acogida de público y crítica se ha celebrado el XVII FSR, monográfico de la catedral de Roda de Isábena (Huesca). Tras los anteriores monográficos de San Isidoro de León y MNAC de Barcelona el listón estaba muy, muy alto, pero este de Roda ha estado, como poco, a su altura. Eran muchas las expectativas y otras  tantas las dificultades cuando se planteó este destino como foco de un encuentro monográfico y todas ellas han sido superadas con creces.  

Para ello, nos juntamos de propio casi cien personas (entre profesores y asistentes) con las alpargatas bien atadas para, desde el mismo viernes 15, ponernos manos a la obra. No se podía comenzar mejor: la “Torre Gorda”, engalanada con las bellísimas obras de nuestro artista de cabecera, Pedro Sanz Quibús, nos dio la bienvenida.


El sábado, al punto de la mañana y con la fresca, ya estábamos en el refectorio, y no para comer precisamente. Mención especial para esta noble sala donde nos hacíamos cruces de su capacidad de metamorfosis ora comedor, ora sala (perfecta) de conferencias. ¡Ni poco bien que estábamos allí!

El Sr. Alcalde, D. J. Alfonso Nasarre, nos dio la bienvenida y Juan Antonio Olañeta nos presentó a los coordinadores de los dos grupos ponentes que actualmente están investigando este edificio: el Doctor Gerardo Boto (Universidad de Girona, Grupo “Templa”) y la Doctora Milagros Guardia (Universidad de Barcelona, Grupo “Ars Picta”). A partir de aquí solo se pueden añadir elogios a las ocho espadas que salieron al ruedo.


Marc Sureda nos ajustó el entorno y avatares históricos de la Catedral de Roda de Isábena. Gerardo Boto despiezó sus hiladas y sus muros. Milagros Guardia, sus pinturas y Rebecca Swanson su biblioteca perdida y scriptorium. Y como no solo de presentaciones y palabra vive el AdR, estos mismos profesores apoyaban y complementaban sus novedosas investigaciones con las visitas que hacíamos a la catedral. Esta dinámica teoría vs. práctica fue perfecta y en ella ni alentábamos porque todos los ponentes se llevaban su tema al dedillo.

Y el domingo no perdió pinta. Cuando comenzó, parecía que terminaríamos hartos d’agua pero, como la organización había pedido buen tiempo para la vuelta a casa, el atardecer nos despidió con una puesta de sol que en pocos sitios la saben hacer tan bien como en esta tierra ribagorzana.

Imma Lorés, a pie de obra, nos habló sobre la escultura de la catedral. Vincent Debiais sobre su epigrafía e Isabel Escandell junto a Marta Serrano sobre el tesoro y el lapidario de Roda.

Sean calificativos comunes a todos los ponentes los de innovadores, magistrales, cercanos, valientes,…, pero lo mejor, amigos. A todos ellos las dos orejas y el rabo; y si a alguno habría que sacar a hombros por la portada sur, personalmente yo lo haría con Vincent Debiais (Universidad de Poitiers) por su novedosa, rompedora, aguda (y divertida) ponencia. ¡Muchas gracias a todos ellos!

Finalmente, más contentos que chupilla, quitamos el picor de molleja por última vez en el refectorio y no podía ser menos que con una buena longaniza de Graus.

Claro que, clamaría al cielo si en el apartado de agradecimientos no citáramos a D. Enrique Clavera, delegado diocesano de patrimonio del obispado de Barbastro, por su colaboración. A mosén D. Aurelio, el párroco, por su bonhomía, afectividad y efectividad. A Lola, Juan Antonio y Pedro, porque se han dejado la piel para que todo esto salga bien. A la Hospedería y el Mesón porque hemos comido a dos cuajos. A Mariángeles. Al socio desconocido que colaboró para que el refectorio fuera sala y la sala, refectorio. A….  A….. A por el siguiente. ¿Santo Domingo de Silos?

Ignacio Fernández Iriarte