Aunque el románico porticado castellano ha gozado de importantes campañas de restauración, en necesario seguir actuando sobre este singularísimo patrimonio que nos dejaron nuestros antepasados hace ocho siglos. Ellos los construyeron siguiendo las bellas pautas artísticas del momento para albergar reuniones y actos sociales libres en un momento -como el presente- en que dos mundos y dos religiones chocaban violentamente. Los pórticos románicos constituyen un ejemplo vivo de la personalidad de un pueblo y su espíritu de libertad en contraste con una sociedad mayoritariamente feudal.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

La presencia de pórticos románicos adosados a muchas iglesias es, junto al antiguamente llamado "románico mudéjar", lo más singular del románico castellano.

Este espacio techado que cubre parte del atrio del templo y delimitado por arquerías, probablemente tiene su origen en la soriana iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz, construida a finales del siglo XI. Esta temprana obra se atribuye a artesanos musulmanes bajo dominio cristiano, ya que la citada villa fue durante varios siglos una importante ciudad islámica.

El pórtico románico como lugar de abrigo para reuniones cívicas
Para entender el verdadero valor del pórtico románico hay que imaginar una Europa sumida en la sociedad feudal, donde las libertadas individuales se encontraban tradicionalmente conculcadas por las relaciones de vasallaje. En la Castilla meridional de los siglos XI y XII la situación era bien diferente. Los territorios situados entre el río Duero y el Sistema Central eran considerados la "extremadura" cristiana, tierras de frontera con el Islam.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

La amenaza que suponía el poder almorávide primero y más tarde almohade en Al-Andalus, confería a los hombres y mujeres que decidían repoblar aquellas tierras un verdadero valor estratégico para los reyes cristianos. Para fomentar las repoblaciones de esta franja de la Castilla al sur del Duero, los monarcas castellanos promovieron, mediante fueros, un régimen de libertades sin parangón en Europa.

Gracias a los fueros, aquellos esforzados y arriesgados pobladores podían vivir en una situación de "pseudodemocracia" mediante la constitución de concejos o reunión de hombres libres que debatían los asuntos de su interés al abrigo de estos pórticos. En palabras de Carlos R. Lafora, uno de los expertos que más ha estudiado estas construcciones, las galerías porticadas románicas fueron "fórmulas arquitectónicas para albergar el derecho a la libertad".

Además, al estar los pórticos unidos a la iglesia, con diferencia el edificio más importante de cualquier ciudad o aldea, fueron asimismo aprovechadas para todo tipo de actos cívicos, sociales, políticos y judiciales, además de como cementerio y lugar de refugio. Por último, no hay que olvidar la función catequético-religiosa que la escultura de sus capiteles tenía para el iletrado aldeano medieval.

A este significado singular en la evolución de la personalidad histórica castellana, le debemos unir la indudable y encantadora belleza que estos "pequeños claustros" rurales ofrecen a quienes se adentran en ellos. Es frecuente que desde su romántico interior se presencien paisajes rurales de gran hermosura.

Todo ello nos hace aseverar sin miedo a parecer pretenciosos que el pórtico castellano supone una de las aportaciones españolas más brillantes -si no la que más- al románico internacional.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

Un hecho que, en ocasiones, pasa inadvertido es la enorme difusión que tuvo esta construcción durante el periodo tardorrománico (finales del siglo XII y primera mitad del XIII) llegando a ser consustancial a estas tierras meridionales. En efecto, el primer foco soriano permitió su trasvase a amplias comarcas del sur del Duero, siendo las provincias de Soria y Segovia las que más ejemplares conservan, aunque alcanzó con fuerza el norte de Guadalajara. Más alejadas, pero de idéntico origen y funcionalidad, son las galerías porticadas de Ávila, la Sierra de la Demanda en Burgos y La Rioja.

Se han catalogado decenas de pórticos o elementos identificables y lo que es más importante, hay trazas arquitectónicas de otros que existieron en la mayoría de las iglesias rurales de las provincias citadas. Ello indica que, con casi completa seguridad, al finalizar el siglo XIII, la gran mayoría de las iglesias de un polígono imaginario trazado entre Segovia, Cuéllar, Soria y Molina de Aragón estarían rodeadas de galerías.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

No debemos omitir un importante foco de pórticos románicos más al norte, en las provincias de Burgos y La Rioja, en la comarca de la Sierra de la Demanda (Pineda de la Sierra, Jaramillo de la Fuente, etc.).

Además de la elegancia de sus arquerías, son destacables por la calidad de la escultura de sus capiteles, repletas de fantásticas bestias del más puro carácter silense, ya que talleres afines al claustro de Silos debieron trabajar en estas tierras serranas en la segunda mitad del siglo XII.

También citaremos, fuera del contexto castellano, que en Navarra queda un reducido grupo de iglesias alrededor de Pamplona que también presenta pórticos románicos, lo que nos hace pensar que la fórmula ensayada tuvo éxito incluso en territorios muy alejados de su origen.

Arquitectura del pórtico románico  

Desde el punto arquitectónico, la galería porticada es un espacio techado que rodea uno o varios lados de la iglesia y delimitado exteriormente por arquerías con columnas, normalmente pareadas, o pilares, que a su vez apoyan sobre un podium.

La galería prototipo castellana se adosa al muro meridional y presenta siete arcos de medio punto repartidos dos grupos de tres y cuatro. Caso frecuente es que la galería cubra también el hastial de occidente.

En numerosos casos el número de arcos es superior, entre 9 y 12; en otros, las reformas y destrozos posteriores han mutilado parcialmente las galerías impidiendo asegurar con certeza el número de arcos de que constaban. También ciertas modificaciones han mutilado tramos enteros, normalmente los que cubrían los hastiales occidentales de las iglesias. Ocasionalmente encontraremos pórticos adosados al muro norte, cuando el ingreso principal del templo, por motivos topográficos, se abre en este lado, como en San Miguel de Fuentidueña (Segovia).

El caso más completo es el del templo de San Martín de la capital segoviana, que salvo la cabecera, está completamente rodeado por galerías. También es reseñable el ejemplar de Carabias (Guadalajara), el de mayor dimensión del románico rural con arquerías que cubren los muros occidental y meridional de la iglesia.

Mención especial merece, por su importancia cuantitativa, las galerías porticadas más sencillas y tardías en que sus arcos no apoyan sobre columnas sino sobre pilares, como en Santa María de Riaza (Segovia) y Cuevas de Soria (Soria).

Aunque menos frecuentes, también se ensayaron pórticos de ladrillo, de los que quedan algunos ejemplos transformados como en Fuentepelayo (Segovia), Prádena del Rincón (Madrid) y Orbita (Ávila), entre otros.

¿En qué estado han llegado a nosotros? 

Ya hemos citado que el primer pórtico de construyó en la iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz y posiblemente el segundo en El Salvador de Sepúlveda (Segovia) algunos años más tarde (comienzos del siglo XII). Ambos pórticos mantienen claras relaciones estilísticas. Los arcos apoyan sobre columnas únicas no pareadas, en combinación con pilares. Las columnas tienen grandes basas y voluminosos capiteles que contrastan con la cortedad de los fustes. La escultura es muy primitiva, aunque en la temática difieren, pues en San Esteban aparecen personajes morunos que no se dan en Sepúlveda. Pero ambos transmiten un cierto "aroma prerrománico" al visitante, probablemente por su vetustez.

Parece que la fórmula inicial experimentada en San Esteban y Sepúlveda no se extendió demasiado a otras poblaciones cercanas que durante las primeras décadas del siglo XII sufrieron un cierto parón repoblador como consecuencia de la amenaza almorávide y los disturbios monárquicos sufridos en Castilla por Doña Urraca y Alfonso el Batallador. Ya a finales del siglo XII y, sobre todo, comienzos del XIII (época de máxima difusión del tardorrománico rural castellano gracias a la reactivación económica y política del reinado de Alfonso VIII) debió reactivarse la construcción de nuevas galerías románicas de forma masiva.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

Posiblemente la fórmula de construir los claustros del Monasterio de Silos y la catedral románica de Burgo de Osma, mediante arquerías apoyadas sobre largas y esbeltas columnas pareadas y capiteles bellamente trabajados con animales imaginarios y escenas bíblicas, debió ejercer gran influencia e inspiración para la construcción de estos pórticos tardíos.

A lo largo de los 800 años de vida de estas estructuras, los avatares y agresiones sufridas han sido innumerables. Los diferentes procesos seguidos a lo largo de los siglos se pueden resumir en cuatro:

Conservarse relativamente en buen estado y manteniendo su función original. Ha sido el caso menos frecuente.

Ser tapiados sus vanos con calicanto, sillería y otros materiales, respetando arquerías y columnas y resto de la iglesia. Este proceso, aunque alterador, ha permitido la conservación del conjunto. A partir de esta situación, en tiempos recientes, se han descegado numerosos pórticos del material adicional, logrando su total o parcial recuperación.

Ser sustituidos por muros cerrados, respetando el resto de la estructura de la iglesia. En este caso, lo más frecuente es que el material original del pórtico románico se haya aprovechado y se encuentre embebido en la pared, aunque no lo aparente, como elementos sueltos de mampostería.

Coincidiendo con el derrumbe del muro y portada de la iglesia para ensanchar su nave, ser cegadas para constituir el nuevo muro de cierre del templo.

Partimos de la premisa de que en los últimos veinticinco años la recuperación de galería porticadas ha sido intensa. Citaremos las de Duratón, Tenzuela, Nieva, Fuentemizarra, Villasayas, Barca, Omeñaca, Rejas de San Esteban, Miño de San Esteban, Montejo de Tiermes, Carabias y un largo etcétera.

En el curioso libro "Ayer y hoy del patrimonio soriano", escrito por Victoria Bastos y Carlos Lafora, se compara el estado de conservación y restauración de decenas de monumentos sorianos en 1989 en comparación con 1979 en que estos autores realizaron el primer inventario artístico de la provincia. Es alentador comprobar que en esos diez años numerosas galerías románicas (y otros muchos monumentos medievales) fueron recuperadas. Si un nuevo estudio se realizase en 2003 el resultado sería aún mejor.

Sin embargo hay otras muchas galerías que esperan su turno. Sin ánimo de ser exhaustivos citaremos algunos casos de relevancia: Castroserna de Abajo, Frumales, Caballar, El Guijar (Segovia), Tortonda, Romanillos de Atienza, Baides, Laranueva, Jodra del Pinar (Guadalajara), Lara de los Infantes (Burgos) Arganza, Alcozar, Montejo de Tiermes y Gormaz (Soria). El caso incrementa su interés si somos conscientes de que los sólidos muros de cerramiento de los numerosos porches que rodean las iglesias segovianas, sorianas y guadalajareñas incluyen entre su material los fustes, basas, capiteles y dovelas de las arquerías románicas que les precedieron.

Tal afirmación ha sido perfectamente confirmada en algunas iglesias segovianas. En Tenzuela, la galería porticada actual se reconstruyó hace unos años a partir del material que estaba encerrado en sus muros de calicanto. En Fresno de la Fuente, al desmontar el muro de cerramiento del porche para restaurarlo, aparecieron innumerables piezas de la galería original, que ahora se guardan en un lugar de la iglesia a modo de museo. En las paredes de los templos de Castroserracín y Aldehuelas de Sepúlveda afloran descaradamente varias dovelas del pórtico y en la iglesia de Val de San Pedro se pueden ver asomar de sus muros algunos capiteles bellamente esculpidos. Dicho de otra manera. Si se dispusiera de fondos para desmontar con cuidado el material que compone las paredes de estos porches cerrados, se podría casi asegurar que obtendríamos el material artístico original para recomponer (si no con total integridad, si parcialmente) decenas de pórticos románicos.

Se debe continuar recuperando activamente el románico porticado del sur de Castilla. Su romántica estampa y su interés histórico y social ligado a una peculiar etapa de nuestra historia en que algunos españoles eran más libres que el resto de nuestros vecinos europeos le confieren un interés cultural de primerísimo orden. De lograr recuperar totalmente los restos que se mantienen en pie y aquellos otros que esperan emparedados en los muros de iglesias y ermitas, podríamos obtener decenas y decenas de estas construcciones. No me cabe duda de que, en ese momento, deberían comenzarse los trámites para incluir a este conjunto arquitectónico en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Amigos del Románico. Galerías Porticadas. David de la Garma.

Relación de pórticos románicos en Castilla y León, Castilla la Mancha y La Rioja

Segovia

Segovia (San Millán, San Martín, San Juan de las Caballeros, San Lorenzo, San Esteban, El Salvador, San Clemente, San Andrés y Santísima Trinidad), Sotosalbos, Duratón, San Pedro de Gaíllos, Perorrubio, La Virgen de la Vega de Requijada, Grado de Pico y Fuentidueña. Tenzuela, El Arenal, Bernuy de Porreros, Madrona, Sepúlveda (San Bartolomé, La Virgen de la Peña y El Salvador), Villoslada y Aldehuelas de Sepúlveda, Caballar, El Guijar, Fuentemizarra Francos, Santa María de Riaza, Valdevarnés, Aldealengua de Santa María, Hinojosa del Cerro, Navares de la Cuevas, Castroserna de Abajo, Nieva.
Indicios: Torreiglesias, Pelayos del Arroyo, Valleruela de Pedraza, Val de San Pedro, Bercimuel, Languilla, Sto. Domingo de Pirón, Urueñas.

Soria

San Esteban de Gormaz (San Miguel y El Rivero), Andaluz y Aguilera., Caracena, Omeñaca, Villasayas, Barca, Rejas de San Esteban (San Ginés y San Martín). Berzosa, Madruédano, Modamio, Montejo de Tiermes, Tiermes, Arganza, Miño de San Esteban, Cuevas de Soria, Gormaz.
Indicios: Romanillos de Medinaceli, Alaló, Malvete, Freno de Caracena, Alcozar.

Guadalajara 

Beleña del Sorbe, Pinilla de Jadraque, Sauca, Carabias, Abándes, San Bartolomé de Atienza, Hinojosa, Tortonda, Romanillos de Atienza, Baides, Laranueva, y Jodra del Pinar.
Indicios o restos menores: Tamajón y Cubillas del Pinar. 

Ávila 

Arévalo. 

Burgos 

Pineda de la Sierra, Vizcaínos, Jaramillo de la Fuente, Lara de los Infantes, Santibáñez del Val, Moradillo de Sedano (acualmente como arquería adosada a la nave) 

La Rioja 

Canales de la Sierra.

Fotografía de Portada: Arteguías.